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Matrix: Revoluciones
(The Matrix: Revolutions)
Village Roadshow Pictures, 2003
129 minutos

Dirigida y escrita por Andy Wachowski y Larry Wachoswki
Editada por Zach Staenberg

Elenco:
Keanu Reeves .... Neo
Hugo Weaving .... Agent Smith
Carrie-Anne Moss .... Trinity
Laurence Fishburne .... Morpheus
Mary Alice .... El Oráculo
Jada Pinkett Smith .... Niobe
Harold Perrineau .... Link
Nona Gaye .... Zee
Collin Chou .... Seraph
Clayton Watson .... Kid

Imagen © 2003 Village Roadshow

Antes que nada, decirles que soy totalmente “matrix-niático”, así que mi opinión no sé si contará por ser muy objetiva. Pero aún así, allá vamos:

La película comienza exactamente donde acabó la otra (supongo que ya han visto la anterior, y si no, ya tardan): Neo se encuentra en la única nave superviviente al desastroso ataque de la anterior película, en un estado muy cercano a la conexión en Matrix. Sin embargo, se encuentra en una especie de limbo entre Matrix y el Mundo Real, un limbo, todo sea dicho, controlado por el programa Merovingio, por lo que Morfeo y Trinity se dirigen a su rescate. Una vez rescatado, Neo y Trinity se dirigen hacia la ciudad de las Máquinas, para tratar de conseguir la paz con las máquinas. Morfeo y los demás supervivientes se encaminan a Zion, pues la ciudad se prepara para el masivo ataque de los Centinelas. Mientras tanto, Smith, el Agente renegado empieza a replicarse exponencialmente, y su actividad empieza a peligrar la pervivencia del propio sistema. Neo parece ser el único capaz de detenerle, aunque incluso esto parece dudoso ante las renovadas fuerzas de Smith ¿Podrá Neo vencer a Smith y acabar con la centenaria guerra entre humanos y máquinas?

Como se ve, el guión culmina todos los hilos del argumento y los resuelve de una forma bastante satisfactoria. Sin embargo, en vez de responder a las preguntas que todos los fans de Matrix esperábamos (¿Cómo fue capaz de parar Neo a los Centinelas en el mundo real? ¿Cuál es el verdadero papel del Elegido en el sistema de Matrix?, y demás), los hermanos Wachowski dejan la mayoría en el aire. Mucha gente ha pensado que esto es una muestra de vagueza por su parte, pero, como en el fondo soy un ingenuo, prefiero pensar que en realidad lo han hecho para estimular nuestras abotargadas neuronas, para que esbocemos nuevas y descabelladas teorías en Internet y así desarrollar nuestra capacidad intelectiva. Y si eso no lo consigue, posiblemente las ya famosas conversaciones filosóficas que son, junto con el uso del “tiempo bala”, marca de la casa, lo conseguirán. Y si bien estas últimas han ido acrecentándose en espectacularidad y en vistosidad, las conversaciones no le han ido a la zaga y son aún más enrevesadas y complicadas que en Reloaded (en la que más de uno no pilló las palabras finales del Arquitecto y las implicaciones que suponían). Yo, personalmente, suele entender esa clase de cosas, pero no sé si fue a causa del enrevesado lenguaje o de otra cosa, por la que no entendí casi nada. No importa, ya lo entenderé cuando me la compre en DVD.

Aún a riesgo de que parezca repetitivo, recalcaré lo que dijo el sr. Del Moral en su crítica: en esta entrega, la acción se aleja más de Matrix y de Neo y vemos en acción a aquellos personajes que en la anterior película no recibieron suficiente atención, tales como Ghost, Niobe, Kid, el capitán Mifune (atención; Mifune = ¿Toshiro Mifune? ¿Tal vez un pequeño guiño de los Wachowski?), o incluso el venerable Morfeo, que en esta entrega, tras sufrir el temible mazazo a su fe y a sus creencias, se nos muestra como alguien más humano. Ya no es el ser cuasi- divino que parecía tener las respuestas a todo y que siempre parecía estar seguro de aquello que iba a ocurrir, sino que se nos presenta como un verdadero humano, con sus dudas y sus inquietudes. Y, francamente, todo esto me parece estupendo. No solo ya por el hecho de que uno de los mayores problemas de la saga se ve bastante paliado (las ¿interpretaciones? de los protagonistas, en especial las de Keanu Reeves y Carrie Anne- Moss), sino que además da un giro de tuerca a los planteamientos de la serie, mostrándonos por qué clase de gente lucha Neo y la tripulación de la Nebuchadnezzar.

Y, por fin, pasamos al aspecto técnico y visual. Pues cómo va a ser. Brillante. En algo hay que reflejar los millones de dólares gastados, ¿no? Las coreografías del genial Yuen Woo Ping vuelven a dejarnos deslumbrados, incluso permitiéndose ciertos guiños hacia el fan de la saga (vuelve la patada voladora de Trinity), y el servicio de efectos digitales se luce, esforzándose al máximo para dejar al espectador totalmente anonadado. En especial, destacaría dos escenas: primero, la batalla en Zion entre las unidades blindadas humanas (bastante parecidas a los LandMates que tanto le gustan a Masamune Shirow) y los Centinelas, una de las escenas con más suspense, acción, y ritmo de las que últimamente he visto en los cines, y dos, la batalla final con Smith (un Hugo Weaving que demuestra lo bien que se lo puede pasar uno interpretando al malo de la película), bajo una lluvia increíblemente bien realizada y en una ciudad con los clásicos tonos verdosos y un tanto “cyberpunk” que caracterizan a las ciudades en Matriz, totalmente invadida por los clones de Smith. Aunque, claro, al ya haber quedado totalmente deslumbrados anteriormente en las anteriores escenas, ésta última pierde gran parte de su fuerza.

Una mención aparte merece la banda sonora. Don Davis, de nuevo junto con el grupo tecno Juno Reactor, nos trae un score mucho más épico y solemne. Siguen sus características mezclas de sonidos electrónicos y orquestales, pero esta vez los orquestales cobran mucha más fuerza, recalcando el hecho de que nos encontramos ante el grand finale de la saga. Atención a la canción de créditos (si, solo una, no como en Reloaded que oímos partes de media docena de canciones), “Navras”, 9 minutos de coros en la tradición de “Carmina Burana” mezclados con las modernas disonancias del sintetizador y el teclado. Sencillamente impresionante.

Podría decir muchas más cosas acerca de la película (la fantasmagórica escena en la que cientos de clones de Smith persiguen a Seraph y a una niña en un bloque de pisos abandonado, la escena del Club Hell, totalmente intrascendente, pero muy divertida, la llegada a la Ciudad de las Máquinas), pero es mejor verla por uno mismo. Si eres fan de Matrix te gustará, y si no, pues posiblemente también. Ojo, recuerdo que soy fan de Matriz, así que mi juicio no es del todo fiable. Y si os habéis quedado con ganas de más, visitad la página www.cyberdark.net y leed la crítica de Matrix Revolutions; allí encontraréis una estupenda idea para una cuarta entrega que acabara con todas las dudas que aún nos quedan. Mientras tanto, siempre nos quedarán los foros de Internet.

Calificación: 9

Antonio

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