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Double Indemnity
(Double Indemnity)
Paramount Pictures, 1944
107 minutos

Dirigida por Billy Wilder
Escrita por Raymond Chandler y Billy Wilder, basados en la novela de James M. Cain
Editada por Doane Harrison

Elenco:
Fred MacMurray .... Walter Neff
Barbara Stanwyck .... Phyllis Dietrichson
Edward G. Robinson .... Barton Keyes
Porter Hall .... Mr. Jackson
Jean Heather .... Lola Dietrichson
Tom Powers .... Mr. Dietrichson
Byron Barr .... Nino Zachetti
Richard Gaines .... Edward S. Norton, Jr.

Imágenes © 1944 Paramount Pictures

Aunque el cine negro (film noir) es una de las corrientes cinematográficas más famosas e influyentes del siglo veinte, es curioso enterarse de que los cineastas que la iniciaron en la década de los treintas y cuarentas no sabían lo que estaban creando. El término "noir" y el agrupamiento de esas películas bajo criterios estéticos y temáticos específicos ocurrió décadas después, cuando los historiadores fílmicos encontraron un claro patrón en los argumentos y manufactura de cintas como "The Big Sleep", "The Killers", "The Maltese Falcon", "Murder My Sweet" y, desde luego, "Double Indemnity".

Las características básicas del cine negro incluyen tramas criminales, personajes nihilistas y cinematografía contrastante en blanco y negro, directa influencia del cine alemán expresionista. De hecho, algunos cineastas europeos que trabajaban en esa corriente (como Fritz Lang, Robert Siodmak y el mismo Billy Wilder) emigraron posteriormente a los Estados Unidos para establecer las bases del noir, combinando el mencionado expresionismo con el fatalista realismo poético del cine francés y el crudo neorealismo italiano, todos ellos muy alejados de los mensajes positivos y optimistas del cine comercial norteamericano. Y, como fuente de ideas, los cineastas se apoyaron fuertemente en la prosa detectivesca de autores como Dashiel Hammet, James M. Cain y Raymond Chandler, cuyo estilo duro y dinámico revolucionó el thriller literario que tantos años estuvo en manos de escritores como Agatha Christie, Arthur Conan Doyle y W. Somerset Maugham.

De esa sopa de nombres e influencias salen los tres principales colaboradores que trabajaron detrás de las cámaras para lograr que "Double Indemnity" resultara ser el prototipo del cine noir, cínico y fatalista, pero con una clara veta de negro humor.

El escritor James M. Cain es quizás más conocido por la novela (y las múltiples adaptaciones fílmicas) "The Postman Rings Twice" (El Cartero Llama Dos Veces), pero con "Double Indemnity" (extraída del libro "Three of a Kind") logró una mezcla perfecta de personajes y situaciones que atrajeron la atención de muchos estudios cinematográficos; pero debido a la intensidad de la historia, el subtexto sexual y el cínico mensaje, se consideró imposible de filmar, especialmente tomando en cuenta los rigurosos estándares de censura que Hollywood experimentaba en aquella época.

Sin embargo, el famoso "sistema de estrellas" de los grandes estudios empezó a tambalearse, lo que permitió la creación de estudios más pequeños y audaces, que frecuentemente contrataban los servicios de cineastas en "lista negra" para crear películas poco convencionales y muy distintas al blando producto que salía de esa industria.

Billy Wilder fue uno de esos directores, pues antes de convertirse en un célebre autor de exitosísimas comedias (como "Some Like it Hot", "Sabrina" y "The Seventh Year Itch"), incursionó en varios géneros incluyendo el cine negro donde, además de "Double Indemnity" contribuyó también con "The Lost Weekend" y "Sunset Boulevard".

El tercer colaborador fue nada menos que Raymond Chandler, autor de las celebradas novelas policíacas "Farewell, My Lovely", "The Big Sleep" y "The Long Goodbye". Cuando Wilder se enteró de que James Cain no estaba disponible para escribir el guión de "Double Indemnity", pidió que el renombrado Chandler contribuyera y, a pesar de los constantes conflictos entre ambos, el resultado fue un brillante libreto que captura perfectamente el tono de la novela, adornado con los chispeantes diálogos de Chandler y aderezado con el cínico humor de Wilder.

La labor de ese notable trío encontró sólido apoyo frente a las cámaras con la pareja de Fred MacMurray y Barbara Stanwyck. Ambos tenían ya fama por sus obras ligeras y humorísticas, por lo que resultó un gran cambio verlos en la pantalla como depredadores humanos, crueles y amorales. Sin embargo, la química que exhiben es perfecta, y sin importar sus horribles crímenes, el espectador desea verlos triunfar.

"Double Indemnity" comienza con un automóvil conduciendo rápidamente por las oscuras calles de Los Ángeles. Luego de evitar precariamente varios accidentes, finalmente llega a su destino, y un hombre maltrecho y aparentemente herido entra a un anónimo edificio de oficinas. El portero nocturno lo deja pasar, y así conocemos a Walter Neff (Fred MacMurray), el mejor vendedor de seguros de la empresa All-Risk. Neff trastabillea hasta llegar a su oficina, y empieza a grabar su confesión en un dictáfono.

Entonces nos enteramos del siniestro plan que Neff y Phyllis Dietrichson (Barbara Stanwyck) diseñaron para matar al esposo de la aburrida mujer. Aprovechando los conocimientos de Neff, Phyllis desea comprar una póliza de accidente para su esposo... con el propósito de asesinarlo y cobrar los cincuenta mil dólares del seguro. Al principio Neff rehúsa (no por moralidad, sino porque teme ser descubierto), pero luego de pensarlo, decide que, conociendo las interioridades de las investigaciones de seguros, él podría realmente diseñar un crimen perfecto que no despierte las sospechas del sagaz investigador Barton Keyes (Edward G. Robinson), su amigo y compañero de trabajo que no ha perdido un sólo caso de fraude de seguros.

Luego de establecer su coartada, Phyllis y Naff proceden con el plan, y eventualmente el Sr. Dietrichson termina muerto, aparentemente por caerse accidentalmente de un tren en movimiento. La policía investiga y concluye que, efectivamente, la muerte fue accidental. Pero el dueño de la compañía aseguradora no está tan seguro... él sospecha suicidio. Sin embargo, el investigador Keyes despeja toda duda y determina que habrá que pagar el seguro... que asciende a cien mil dólares, por la cláusula de Doble Indemnización que ofrece pago doble si la muerte es en un tren. En ese momento Keyes comienza también a sospechar, y su implacable investigación se acerca peligrosamente a la verdad, aunque nada implica a Neff en el crimen... todavía. Entonces, en una conversación accidental con la hija del finado Sr. Dietrichson, Neff se entera de que Phyllis pudo haber asesinado también a la primera esposa del hombre... lo cual cambia totalmente la situación y hace que Neff empiece a dudar de la lealtad de su atractiva cómplice...

La estructura de "flash-back" y la constante narración del protagonista parecerían eliminar todo suspenso, pues desde el principio sabemos que las cosas terminarán mal para Neff. Pero el brillante guión guarda giros genuinamente inesperados y revelaciones sorprendentes que mantienen el interés durante la película entera. Y aunque quizás algunos de esos giros se han convertido en clichés a lo largo de los años, conviene ver "Double Indemnity" como pionera del género y como un valioso artefacto histórico que tiene que verse en su contexto para apreciar su innovación, no sólo en el argumento, sino en el tono general que emplea y en su fatalista mensaje.

Luchando contra todo convencionalismo Billy Wilder y sus colaboradores (incluyendo al genial compositor Miklos Rozsa) crearon una inmortal obra maestra del cine mundial, cuya pesimista visión de la humanidad es más válida hoy que hace sesenta años. Repleta de personajes irredimibles, crudas situaciones e indescriptiblemente brillantes diálogos, la cinta fue repudiada en su estreno por "fomentar la tolerancia hacia el crimen", pero hoy podemos verla como una extraordinaria película de suspenso, muy adelantada a su tiempo, pero claramente conciente de las constantes universales de la humanidad... ambición, lujuria, arrogancia... y un poco de humor.


Pablo del Moral

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