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Galaxy of Terror
(Galaxy of Terror)
New World Pictures, 1981
Estados Unidos, 81 minutos

Dirigida por Bruce D. Clark
Escrita por Bruce D. Clark, Marc Siegler y William Stout
Editada por Larry Bock, R.J. Kizer y Barry Zetlin

Elenco:
Edward Albert .... Cabren
Erin Moran .... Alluma
Ray Walston .... Kore
Bernard Behrens .... Ilvar
Zalman King .... Baelon
Robert Englund .... Ranger
Taaffe O'Connell .... Dameia
Sid Haig .... Quuhod

Imágenes © 1987 New Line Cinema

A pesar de que en su momento (las décadas de los cincuentas hasta los setentas) fue menospreciado y calificado como farsante, el genial productor y director Roger Corman forjó un modesto imperio cinematográfico, ocasionalmente centralizado en una u otra compañía productora, pero siempre unificado por sus rigurosos y espartanos métodos de producción, tan eficientes que en la mayoría de los casos pecaban de miserables. Pero ahora, a casi medio siglo de distancia, Corman (con una filmografía de casi cuatrocientas películas como director o productor) es considerado un pionero del moderno método de filmación independiente, además de que su astuto olfato para el talento descubrió numerosas figuras que ahora son consideradas como pilares de la industria. Directores como Francis Ford Coppola, Jonathan Demme, James Cameron y Joe Dante, y actores como Jack Nicholson, Peter Fonda, Dennis Hopper, Sylvester Stallone y William Shatner, fueron descubiertos por Corman, o al menos recibieron la oportunidad de probar su valía en el implacable sistema de este hábil productor.

Sería imposible considerar "Galaxy of Terror" como la obra cumbre de Corman (que ni siquiera dirigió él), pero es una de mis favoritas, además de representar perfectamente su clásico método de trabajo: bajo presupuesto, un guión bien estructurado (aunque no muy original) e incipiente talento frente y detrás de las cámaras.

Ostensiblemente realizada para explotar el éxito de "Alien", "Galaxy of Terror" combina también ciencia ficción y terror, pero empleando una fórmula ligeramente distinta, más violenta y eventualmente más etérea, bañando la pantalla con sangre y vísceras, pero adjudicando las muertes a un villano más imaginativo que un simple monstruo de apariencia fálica.

La cinta comienza en la nave espacial Remus, varada en la agreste superficie del planeta Morgantus. Un hombre, armado con las obligatorias armas de rayos, huye despavorido por los claustrofóbicos corredores metálicos, mientras algo desconocido lo persigue. Eventualmente ese algo lo alcanza y aparentemente lo mata.

Después, en el planeta Xerxes, el misterioso y omnipotente Amo (un humanoide con la cabeza bañada en roja energía que impide distinguir sus rasgos) recibe la noticia de la nave varada, y ordena una misión de rescate... aunque evidentemente tiene otros motivos para enviar una segunda nave a aquel funesto planeta.

El equipo de rescate es rápidamente formado, y así parten rumbo a Morgantus la estricta capitana Trantor (Grace Zabriskie) y su tripulación compuesta por el comandante Baelon (futuro rey del softcore Zalman King), el teniente Cabren (Edward Albert), la telépata Alluma (Erin Moran), el mecánico Ranger (Robert Englund, más conocido como Freddy Kruger), el rudo guerrero Quuhod (Sid Haig), la ingeniero Dameia (Taaffe O'Connell), el cocinero Kore (Ray Walston), el joven y temeroso cadete Cos (Jack Blessing) y varios más. Lo que todos ignoran es que el Amo escogió personalmente a cada miembro de la tripulación... Mmmh. Misterioso.

La llegada a Morgantus es un poco brusca, pero exitosa. Entonces, el equipo se da a la tarea de buscar la nave Remus, explorando la escabrosa superficie del árido planeta. La encuentran fácilmente, pero la mitad de la tripulación está muerta; la otra mitad desaparecida. Y, peor aún, mientras recorre la nave fantasma, el joven Cos (temeroso hasta de su propia sombra) es violentamente asesinado por una extraña criatura.

Sin embargo, la misión debe seguir y aún falta por descubrir a media docena de tripulantes de la nave Remus. Una revisión electrónica de la superficie muestra la existencia de una extraña estructura artificial y, sin mejores pistas, el equipo de rescate decide investigar. La estructura resulta ser una enorme pirámide, y los primeros intentos por penetrar en ella resultan en tragedia, cuando el comandante de la misión es absorbido por extraños tentáculos que surgen de las paredes. El resto del equipo prosigue la exploración y logran ingresar a la pirámide, pero no antes de que el guerrero Quuhod muera víctima de las exóticas armas cristalinas que usa para defenderse. La siguiente víctima es la ingeniero Dameia... violada por un enorme gusano luego de comentar que odia a los gusanos. Empieza a notarse un patrón... cada una de las víctimas ha muerto a manos de sus más profundos temores. ¿Será la pirámide una trampa psíquica? Más aún... ¿será una prueba?

Eventualmente solo queda un sobreviviente, que logra llegar a la parte superior de la pirámide, donde encuentra... al Amo. Luego de una breve explicación, el misterioso ser revela el propósito de la pirámide y de la prueba... y el sobreviviente debe enfrentar su ineludible destino.

La dirección de Bruce Clark es altamente efectiva, aprovechando al máximo los magros recursos de la producción y extrayendo actuaciones decentes del diverso elenco. Es una lástima que algunos de los más enigmáticos personajes tengan una participación tan corta (como Sid Haig y Grace Zabriskie), mientras que el aparente héroe Edward Albert es un poco blando, y la heroína Erin Moran (más conocida en aquel entonces como Joanie en el sitcom "Happy Days") resulta ser una actriz no del todo convincente. De cualquier forma el ensamble es interesante y atractivo, y cumplen decorosamente su función en el bien estructurado guión.

Y, hablando del guión, los escritores Marc Siegler y William Stout (famoso diseñador de monstruos) logran lo que muchos otros intentan vanamente: crear un guión prácticamente modular, pero con buen balance entre las escenas de acción y los pasajes más contemplativos, dando a cada personaje voz propia y personalidades bien definidas, lo cual (de paso), ayuda bastante para diseñar con mucha imaginación sus muy diversas muertes.

Como ocurre en estas películas de la era pre-digital, los efectos especiales traicionan su origen artesanal. Sin embargo, los escenarios son excelentes (considerando el bajo presupuesto) y el trabajo de miniaturas simplemente extraordinario (James Cameron, futuro director de "Aliens" y "The Abyss" trabajó como diseñador de producción y director de segunda unidad, junto con su asistente, el futuro actor/director Bill Paxton). Lo mismo aplica a los efectos prácticos de sangre y monstruos, aunque, como siempre ocurría en las producciones de Corman, los efectos ópticos dejan mucho que desear.

Entonces, quizás no esté al nivel artístico de "Alien" o "Forbidden Planet" (sus obvios antecesores), pero "Galaxy of Terror" (también conocida como "Planet of Horror", "Mindwarp: An Infinity of Terror" y "Quest") resulta ser una olvidada joya en la filmografía del productor Roger Corman, y una magnífica muestra de terror independiente realizado con inteligencia y audacia a falta de dinero. Quizás existan mejores combinaciones de horror y ciencia ficción, pero la exuberante energía de "Galaxy of Terror" y su ingenioso guión la hacen un clásico, en mi humilde opinión, merecedor de más atención que la que recibió en el momento de su estreno. Sólo queda esperar que un futuro lanzamiento en DVD (hasta ahora sólo disponible en disco asiático) logre hacer que el público la reencuentre... y la aprecie tanto como yo.

Pablo del Moral

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