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Night of the Creeps
(Night of the Creeps)
TriStar Pictures, 1986
88 minutos

Dirigida y escrita por Fred Dekker
Editada por Michael N. Knue

Elenco:
Jason Lively .... Chris
Steve Marshall .... J.C.
Jill Whitlow .... Cynthia Cronenberg
Tom Atkins .... Detective Ray Cameron
Wally Taylor .... Detective Landis
Bruce Solomon .... Sergeant Raimi

Imágenes © 1986 TriStar Pictures

"La buena noticia es que ya llegaron sus novios. La mala es que están muertos"
Detective Cameron, "Night of the Creeps"

El principio de la década de los ochentas representó una época dorada para el cine de terror, tal vez no por su valor artístico, pero sí por su popularidad. Eventualmente fue esta popularidad la que provocó una sobre-saturación de producto, especialmente gracias a las imitaciones de las más populares franquicias (como "Friday the 13th" y "Halloween"), y por la fiebre de secuelas, cada una peor que la anterior, con las que el estimado género se convirtió en parodia de su previa grandeza.

Sin embargo, fue también en esa época cuando varios escritores y directores decidieron enfrentar el problema con gran creatividad, y abrazar el involuntario humorismo que el terror producía, incorporándolo en sus películas para reproducir la mezcla de horror y comedia que tanto éxito tuvo en los años 30s. Pero desde luego, adaptándolo a la era moderna con lujo de sangre y efectos especiales.

Así, los grandes estudios cinematográficos produjeron obras maestras como "An American Werewolf in London", "The Howling" y "The Thing", todas ellas magníficas cintas de terror que sin embargo contaban con un feroz sentido del humor, que, lejos de demeritar el suspenso, lo subrayaba del mejor modo posible. Por su parte, los estudios independientes seguían la misma tendencia, pero subiendo el volumen e intensidad de sus productos, lo que nos dio joyas como "Re-Animator", "Evil Dead 2" y "Night of the Creeps".

De todas ellas, es "Night of the Creeps" la que posiblemente incursiona más en el terreno de la comedia, pues al parodiar las fórmulas y clichés del cine de horror de los 50s, consigue una eficiente combinación de nostalgia y terror. Además, tal actitud logra que el público perdone las obvias deficiencias técnicas de la cinta. De hecho, tales deficiencias están perfectamente a tono con la intención de la película y, lejos de arruinarla, contribuyen a la humorística atmósfera, que ya el guión se encargó de dibujar perfectamente bien.

El humor empieza desde los primeros segundos de la película, cuando nos vemos el interior de una nave espacial, en la que un grupo de extraterrestres (visualmente una mezcla de bebés humanos con el famoso E.T. de Spielberg) tratan de impedir que uno de sus colegas lance al espacio un contenedor con "el experimento". Desafortunadamente no logran impedirlo, y el cilindro surca el espacio, rumbo a un pequeño planeta azul, que no sabe lo que le espera.

En la Tierra el año es 1959, y en una escena sacada directamente de "The Blob" (versión original, desde luego), un grupo de adolescentes presencia la caída de un meteorito. Por supuesto deben investigar, sin hacer caso a las noticias que en el radio advierten sobre la presencia de un asesino en los alrededores de la Universidad Corman, donde ellos se encuentran. Una pareja de jóvenes llega al lugar del aterrizaje del objeto y, como es de esperarse, el muchacho se topa con "el experimento"... un cilindro repleto de una especie de sanguijuelas espaciales, que se mueven inquietamente. El contenedor se rompe y uno de los bichos salta a la boca del despistado individuo.

Mientras tanto, la chica espera su regreso en el coche, y se pone nerviosa cuando escucha nuevamente en el radio el reporte del asesino maniático, escapado de un sanatorio mental. La muchacha llama a su novio para que regrese al auto, sin darse cuenta de la siniestra figura que, cargando un hacha, se aproxima lentamente...

Luego de ese doble prólogo (el de la nave y el de los jóvenes en 1959), la cinta brinca a 1986, cuando comienza un nuevo año escolar en la Universidad Corman. Ahí conocemos a Chris (Jason Lively) y a J.C. (Steve Marshall), un par de amigos que buscan, como siempre, que las muchachas les hagan caso. Chris en particular queda prendado de Cynthia Cronemberg (Jill Whitlow), cuyo novio es un popular atleta de la fraternidad más distinguida en el campus, por lo que Chris no tiene muchas posibilidades de atraerla. Sin embargo, apoyado por su amigo J.C., decide solicitar admisión en la fraternidad, pero los miembros sólo se burlan del par de "nerds" y les asignan una difícil tarea que, si logran cumplir, les dará pase a la hermandad: deben conseguir un cadáver y dejarlo frente a la casa de una fraternidad rival. Los dos jóvenes se dirigen entonces a la facultad de medicina, donde esperan encontrar un cuerpo apropiado para la broma, pero en vez de ello entran accidentalmente a un laboratorio secreto, donde se encuentra congelado el cadáver de aquel joven que veintisiete años atrás se topó con las sanguijuelas espaciales. Celebrando su buena suerte lo descongelan, pero cuando lo sacan de su fría tumba, el supuesto muerto parece cobrar vida. Aterrados, Chris y J.C. huyen apresuradamente. El zombie entonces escapa, no sin antes infectar con sanguijuelas espaciales al encargado del laboratorio. Aparentemente los bichos entran por la boca de la víctima, se alojan en el cerebro y depositan huevecillos. Esto mata a la persona, pero de algún modo se preserva la ilusión de vida, convirtiendo al individuo en un zombie, al menos hasta que "nacen" las nuevas sanguijuelas, destruyendo el cráneo de su "incubadora".

El zombie vaga por el campus y llega hasta la casa de Cynthia, quien presencia la explosión de sanguijuelas, pero cuando llega la policía decide no decir lo que vio, de modo que todos piensan que se trata de una broma estudiantil. Pero el hábil Detective Ray Cameron (Tom Atkins) no está seguro de que las cosas sean tan simples. Después de todo, él fue quien lidió con el maniático asesino 27 años atrás, y aun le queda una profunda depresión por aquellos eventos, pues él estaba secretamente enamorado de la muchacha que el asesino mató a hachazos.

Eventualmente las criaturas empiezan a reproducirse, y toman control de cada vez más estudiantes. Pero lo peor ocurre cuando los deportistas miembros de la fraternidad donde está el novio de Cynthia fallecen en un masivo accidente... sólo para regresar como zombies en busca de nuevas víctimas...

El director Fred Dekker es obviamente un amante del cine de terror, como se puede ver en los nombres que emplea en su libreto; la Universidad Corman y los personajes de Cynthia Cronemberg, Ray Cameron, Detective Landis y Sargento Raimi, toman sus nombres de los más famosos directores del género fantástico en esa época. Además, las continuas referencias a otras películas de terror (como la introducción que emula "The Blob") y la siempre perfecta presencia del gran Dick Miller (como el encargado del arsenal policíaco) hacen de "Night of the Creeps" una delicia para fanáticos de este tipo de cine.

Los efectos especiales son particularmente notorios por su chapucería, pero al mismo tiempo denotan un entusiasmo contagioso y un gusto por el arte de lo grotesco que impide (al menos desde mi punto de vista) tomarlos como fallas. En vez de eso son elementos adicionales que contribuyen al humor nostálgico, y que también funcionan como homenaje a esa época donde el cinéfilo conciente ignoraba activamente la presencia de hilos, burdos maniquíes y sangre poco realista.

Desafortunadamente la carrera de Dekker se vino abajo cuando dirigió "Robocop 3" (luego de la igualmente humorística y nostálgica "The Monster Squad"), y actualmente trabaja más como guionista en programas de televisión, dentro de los cuales está "Star Trek: Enterprise". Pero haga lo que haga en estos días, su legado sigue vivo en forma de "Night of the Creeps", que curiosamente mejora con la edad, pues la nostalgia por el horror clásico se va conjugando por la nostalgia de la era en la que se hizo la cinta, cuando era aún posible hacer cine fantástico con gran visión personal y travieso humor, dirigido a los fanáticos y no a las anónimas masas de blandas preferencias. No será para todos los gustos, y algunos dirán que es "tan mala que es buena", pero esta sencilla y eficiente comedia de terror tiene más espíritu y pasión que las caras y pulidas películas de terror contemporáneas, que sacrifican auténtica visión a cambio de la insipidez que frecuentemente garantiza éxito económico.

Muchas gracias a www.unknownmovies.com por las imágenes de “Night of the Creeps” que acompañan este artículo.


Pablo del Moral

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