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Spider Baby
(Spider Baby)
Lasky-Monka, 1964
81 minutos

Dirigida, escrita y editada por Jack Hill

Elenco:
Lon Chaney Jr. .... Bruno, el Chofer
Carol Ohmart .... Emily Howe
Quinn K. Redeker .... Peter Howe
Beverly Washburn .... Elizabeth
Jill Banner .... Virginia
Sid Haig .... Ralph
Mary Mitchel .... Ann
Karl Schanzer .... Schlocker

Imágenes © 1964 Lasky-Monka

Supongo que en cualquier forma de arte siempre habrá dos opiniones, frecuentemente opuestas: la del conocedor que puede explicar con lujo de detalle por qué una obra de arte es buena; y la del espectador casual, que quizás no sabe mucho de arte, pero que inmediatamente reconoce aquello que le gusta.

¿Cuál de los dos tiene la razón? Lo ignoro. Quizás ninguno; quizás los dos. Tal vez la mejor respuesta sea decir que (parafraseando a un pensador anónimo), “lo importante no es lo que digamos sobre el arte, sino lo que el arte dice sobre nosotros”.

Lo cual me lleva a “Spider Baby”.

Ciertamente me veo incapaz de defenderla como obra maestra del arte cinematográfico, pero el atractivo que ejerce sobre mí (y sobre su mediano culto de admiradores) debe explicarse gracias a su exótica combinación de horror, demencia y un bullicioso humor que hace agradable hasta la peor depravación posible... al menos para los estándares de 1964.

"Spider Baby" es la primera película del director Jack Hill, quien comenzó su carrera como asistente de producción del legendario Roger Corman, trabajando (y, quizás, adquiriendo su particular estética) en incontables cintas de bajo presupuesto de muy diversos géneros.

A principios de los sesentas, por mero capricho artístico, Hill escribió el guión de lo que sería "Spider Baby", y con ayuda de amigos y familiares consiguió filmarla en 1964, aunque el bizarro argumento y su inclasificable tono la mantuvieron enlatada durante cuatro años. Cuando finalmente se estrenó en 1968, la cinta fue un fracaso. No fue sino hasta mediados de los ochentas cuando "Spider Baby" fue espontáneamente re-descubierta por los aficionados al cine psicotrónico, para luego ocupar su merecido lugar en los anales del cine de culto, adorada por unos cuantos e ignorada por muchos.

La cinta comienza con un amable narrador que nos reta a aceptar la existencia del "síndrome Merrye", una rara enfermedad que produce una regresión mental progresiva, de tal forma que, después de cierta edad, la mente del individuo que la padece comienza a regresar a la infancia... y más allá, hasta degenerar en una criatura salvaje y caníbal. Afortunadamente la enfermedad se ha erradicado, pues sólo afectaba a los miembros de la desaparecida familia Merrye... veamos su historia.

En una lúgubre casa en mitad del campo llega un mensajero a entregar una carta. Sin recibir respuesta en la puerta, el temeroso hombre se asoma a una ventana... y es capturado por la joven Virginia (Jill Banner), quien procede a apuñalarlo con sus filosos cuchillos... emulando el método de cacería de sus animales favoritos: las arañas. A continuación conocemos a Elizabeth (Beverly Washburn), otra joven que recrimina a Virginia por su crimen. Entonces llega a la casa Bruno (Lon Chaney Jr.), el chofer de la casa y protector de los niños. En el auto está también Ralph (Sid Haig), el más afectado por el síndrome, que lo ha reducido a un ser feral y atavístico que caza animales silvestres para consumo de la familia. Sin embargo, en esta demencial familia hay armonía y cariño. Bruno hace su mejor esfuerzo por cumplir la promesa que hizo al padre de los niños: mantenerlos seguros y aislados del mundo exterior, que seguramente los condenaría por sus inocentes crímenes.

Desafortunadamente el mundo viene a ellos en la forma de Emily y Peter Howe (Carol Ohmart y Quinn K. Redeker, respectivamente), primos lejanos de la familia Merrye. Emily está ansiosa por tomar posesión de la casona y de su valioso contenido; Peter sólo quiere visitar a sus sobrinos. Y contra las sinceras advertencias de Bruno, los recién llegados deciden dormir en la casa para iniciar los trámites pertinentes al día siguiente. Lo que no saben es que, además de los homicidas niños, aún hay otros parientes ocultos en la lúgubre casona...

Aunque no hay violencia o sexo en "Spider Baby", su tono es muy perturbador por meramente sugerir la depravación de la familia Merrye y los abismos de locura en los que han caído por su enfermedad. Incluso Bruno el chofer, el más centrado y estable de la casa, parece vivir al borde del colapso mental, dividido entre la melancolía de su deber y la lealtad al juramento que hizo. Pero quizás lo más perturbador sea que, eventualmente, el espectador tiene que congraciarse con los asesinos y alegrarse cuando despachan a los ambiciosos y oportunistas invasores que amenazan con destruir el bienestar del disfuncional hogar.

Suena siniestro, pero "Spider Baby" disfruta también de un saludable sentido del humor. Es obvio que nadie toma la historia en serio (quizás con la excepción de Chaney), y la excelente música contribuye bastante a diluir la atmósfera amarga y oscura, reemplazándola por un travieso tono que hace más monstruosas las acciones de la familia, pero que también las pone en un contexto de comedia negra, donde reímos para no gritar.

Las actuaciones son simplemente brillantes. No puedo decir que sean realistas, o muy pulidas, pero encajan perfectamente en el estilo de la película. Jill Banner, como la niña obsesionada con las arañas, es particularmente efectiva, contrastando su angelical apariencia con una casual actitud hacia los asesinatos que comete. Y a pesar de su legendario alcoholismo, Lon Chaney Jr. entrega una actuación genuinamente emotiva, llena de detalle y convicción.

También es necesario mencionar a Sid Haig (más conocido hoy en día como el Capitán Spaulding en "House of 1000 Corpses" y "The Devil's Rejects") como el niño bestia. Con una actuación muda, Haig combina perfectamente su inocencia infantil con la saña de una bestia hambrienta, pero sin ignorar el tácito humor que permea la cinta entera.

Y sobre todo, atribuyo el atractivo de la cinta a la energía que proyecta y al entusiasmo que obviamente sentía su elenco y personal técnico. Realizada con mínimos recursos, "Spider Baby" fue una labor muy personal para Jack Hill, y se completó por auténtico amor al arte. Quizás la mejor comparación que se puede hacer es decir que "Spider Baby" es como un episodio de "Los Locos Addams" llevado a un nivel extremo de alucinante humor y demencia, pero conservando la amable intención de entretener a su audiencia con personajes simultáneamente bizarros y simpáticos.

Como dije, "Spider Baby" es de difícil clasificación, pero quien esté interesado en el cine de culto sin duda encontrará algo atractivo en esta ignorada cinta. Es difícil describir su encanto, pero la combinación de suspenso, humor y demencia la convierte en un plato deliciosamente exótico y peligrosamente adictivo... acompañado por perfecta música para amenizar el tenebroso festín.


Pablo del Moral

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