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Alejandro Magno
(Alexander)
Warner Bros., 2004
173 minutos

Dirigida por Oliver Stone
Escrita por Oliver Stone, Christopher Kyle y Laeta Kalogridis
Editada por Yann Hervé, Gladys Joujou, Alex Marquez y Thomas J. Nordberg

Elenco:
Colin Farrell .... Alejandro
Angelina Jolie .... Olympia
Val Kilmer .... Rey Felipe
Jared Leto .... Hephaistion
Rosario Dawson .... Roxane
Anthony Hopkins .... Ptolomeo
Christopher Plummer .... Aristóteles

Imagen © 2004 Warner Bros.

¿Hasta cuánto es ético gastar para realizar una película? ¿Hasta qué punto el desperdicio de dinero en vestuario, escenarios, actores y efectos especiales se convierte en un crimen contra el buen gusto y la humanidad? ¿Es válido invertir cientos de millones de dólares en un efímero entretenimiento, cuando hay tanto sufrimiento en el mundo?

Cuando uno empieza a cavilar sobre esas preguntas durante las más "emocionantes" escenas de una película es definitivamente una mala señal. Desafortunadamente "Alejandro Magno" invita a esos cuestionamientos, pues como entretenimiento falla estruendosamente. Gracias a Dios por el Dolby 5.1...

Antes de seguir hablando mal de "Alejandro Magno", quiero aclarar que Oliver Stone es uno de mis directores favoritos. Sus películas han sido acusadas de excesos, manipulación e indulgencia, pero en lo personal me parece que Stone es uno de los pocos cineastas modernos que no se disculpan por hacer pleno uso de los recursos del cine para crear reacciones en su público, tanto positivas como negativas. Y frente al insulso y antiséptico cine que usualmente sale de Hollywood, aprecio mucho los esfuerzos de cineastas que buscan expresar emociones e ideas vehementes, aún si no coincido con tales expresiones.

Sin embargo, "Alejandro Magno" es un honesto fracaso de Stone, pues carece de un claro foco para generar emoción, y su narrativa es tan fracturada y amorfa que no permite al espectador sumergirse en la mediocre trama.

Tal trama, por si hace falta repetirlo, sigue la vida de Alejandro Magno (Colin Farrell), el rey macedonio que antes de los treinta años dominaba ya gran parte del mundo conocido, extendiendo por la fuerza su reino desde Grecia hasta el Oriente Medio. Así vemos su infancia, en la que tuvo gran influencia su madre Olympia (Angelina Jolie) y su padre, el Rey Felipe (Val Kilmer); su adolescencia, cuando empezó a desarrollar sus dotes como líder y guerrero; y su edad adulta, en la que el hambre de conquista lo llevó hasta su propia destrucción.

Me parece que el fallido regreso de las épicas históricas ("Alejandro Magno" y "Troya", por ejemplo), que tanto éxito tuvieron en los años cincuentas y sesentas, obedecen en parte a la ubicuidad de los efectos digitales, que hacen nuevamente viable el uso de miles de extras y de numerosos escenarios digitales para reproducir el mundo antiguo y sus batallas con gran esplendor. Pero incluso con ayuda de estas modernas tecnologías, los problemas dramáticos persisten... guiones largos y tediosos, exceso de personajes que no contribuyen a la historia, y una falta de enfoque en lo que debería ser el tema central de la película.

No sé si ha sido por querer contar una historia tan extensa en tres horas, pero la estructura de "Alejandro Magno" se siente incompleta y desarticulada. En ocasiones presenciamos eventos importantes en la vida del conquistador, pero otros son apenas mencionados, y la cronología de la historia parece avanzar a saltos arbitrarios, cayendo en una rutina de batalla-discusión política-introspección que no conduce a generar interés por los personajes o por los eventos que viven.

En resumen... la intriga política y las estrategias de Alejandro Magno son demasiado vagos, y no ilustran realmente sobre la motivación del guerrero; por consiguiente, las elaboradas batallas carecen de relevancia emocional, y se convierten en largos y cansados desfiles de violencia, polvo y sangre que ocasionalmente ofrecen interesantes imágenes, pero sin gran dinámica narrativa.

En la selección del elenco también se han cometido algunos serios errores. Creo que Colin Farrell es un buen actor joven, pero parece que el papel de Alejandro Magno le queda grande, ya que no logra expresar la gravedad e importancia de un rey guerrero. Angelina Jolie produce risas con sus exageraciones como la pagana madre de Alejandro, e incluso Anthony Hopkins, como Ptolomeo, tiene dificultades para imprimir emoción en su larga y monótona narración. Con muy pocas excepciones (Val Kilmer, por ejemplo), el elenco carece de credibilidad. Nunca dejé de sentir que estaba viendo actores modernos interpretando personajes antiguos; simplemente no hay sensación de historia. Y en cuanto a la controversial bisexualidad de Alejandro Magno... su cuasi-romance con Hephaistion (Jared Leto) es tan forzado y artificial que es difícil tomarlo en serio. Tal vez si Stone hubiera llevado esas escenas a niveles escandalosos, la cinta tendría un eje emocional, aunque fuera amarillista. Pero la realidad es mucho más blanda e inofensiva.

Dentro de los puntos buenos de la película tenemos las mencionadas escenas de batalla; aunque en ocasiones se vuelven tediosas y abunda la crueldad contra los animales, ciertamente son visualmente impresionantes, y Stone emplea un par de trucos para explicar su significado (como el punto de vista, muy bien logrado, de un águila que sigue a Alejandro Magno). La música de Vangelis está bien aplicada, a pesar de que ocasionalmente cae en el exceso dramático. Y la cinematografía es tan pulida y vistosa como podría esperarse.

Recordando algunas previas películas biográficas de Oliver Stone, como "The Doors", quiero ver dónde falló el director. Al igual que "Alejandro Magno", "The Doors" carecía de historia coherente y de motivación en sus personajes. Pero el derroche de estilo y la intensidad de los actores cubrían las fallas narrativas y convertían a "The Doors" en una agresiva orgía de emociones e imágenes que irremediablemente atrapaban al público y provocaban inequívocas reacciones (positivas o negativas). Sin embargo, "Alejandro Magno" es tan árida y estéril como el desierto en el que se filmó, y ni la firme dirección de Stone logró conjugar sus elementos en una forma interesante y profunda, o al menos entretenida.

De cualquier forma, le deseo la mejor de las suertes a Oliver Stone; si falló esta vez, quizás fue porque su ambición superó los alcances de la historia, y siempre es mejor fallar por intentar algo descabellado que quedarse en la segura mediocridad y no intentar algo diferente. Dicen que no hay experimentos fallidos, pues incluso los resultados negativos aportan conocimientos... esperemos entonces que "Alejandro Magno" sirva para confirmar que el derroche de recursos no representa automáticamente una buena película... y para recordar que hay una delgada línea entre una exuberante inversión de recursos y un despilfarro de bienes que bordea en lo pecaminoso. Después de todo, esa fue la lección que nunca aprendieron los griegos.

Calificación: 5

Pablo

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