Dirigida y escrita por Nick Cassavetes
Editada por Alan Heim
Elenco:
Emile Hirsch ... Johnny Truelove
Anton Yelchin ... Zack Mazursky
Justin Timberlake ... Frankie Ballenbacher
Ben Foster ... Jake Mazursky
Shawn Hatosy ... Elvis Schmidt
Bruce Willis ... Sonny Truelove
Sharon Stone ... Olivia Mazursky
Imagino que una de las más difíciles decisiones al escribir una película "basada en hechos reales" es determinar dónde empieza realmente la historia, y dónde termina. En otras palabras, ¿qué tanto contexto necesita el "hecho real" para encajar en una estructura dramática sólida y comprensible?
"Sospechas Mortales" responde esa pregunta con el viejo adagio: "Mejor que sobre y no que falte".
La trama (obviamente inspirada en hechos reales) se centra en un grupo de adolescentes adinerados en una pequeña comunidad californiana. Su frívola y cómoda existencia es complementada con tráfico y abuso de drogas, fiestas constantes y moralidad relajada o inexistente. El aparente líder del grupo es Johnny (Emile Hirsch), traficante de poca monta que toma su carrera criminal como un simple hobby sin importancia o consecuencias reales. Por eso, cuando un "cliente" no puede pagar, Johnny decide secuestrar al hermano del deudor. Y lo que comienza como una broma juvenil se complica rápidamente cuando Johnny se entera de las consecuencias que podría tener su impulsivo capricho...
Como hijo del legendario director John Cassavetes (cuya obra francamente nunca me gustó), Nick Cassavetes debe haber enfrentado elevadas expectativas cuando le tocó el turno de sentarse en la silla de director. Y si bien su corta filmografía no incluye grandes muestras de arte cinematográfico, al menos ha logrado un cierto grado de consistencia en la calidad y nivel de entretenimiento de sus películas (como "She's So Lovely", "John Q" y la popular "The Notebook"). "Sospechas Mortales" cae en ese mismo esquema, aunque me parece su obra más lograda y mejor dirigida, tanto por el cuidado que ha puesto en la selección de intérpretes, como por el modo como diestramente conduce la trama hasta su inevitable final.
Con un elenco bien balanceado entre actores jóvenes y expertos veteranos, "Sospechas Mortales" ofrece brillantes actuaciones que sorprenden por su crudeza, honestidad y emoción. Tal vez algunas escenas exageran un poco, y terminan pareciendo ejercicios de escuela de arte dramático, pero generalmente mantienen el equilibrio entre intensidad y realismo. Sharon Stone es quizás la menos afortunada, especialmente en una escena cerca del final de la película, donde produce risas en vez de llanto con su desorbitado desempeño.
Por el contrario, actores jóvenes y aparentemente inexpertos, como Justin Timberlake y Anton Yelchin (quien, en mi opinión, arruinó "Hearts of Atlantis") resultan notables por su dominio de secuencias difíciles y volubles emociones. Es obvio que Cassavetes sabe trabajar con actores; no en balde comenzó su carrera en ese oficio antes de pasarse detrás de las cámaras.
Pero, por buenas que sean las actuaciones, creo que "Sospechas Mortales" dura más de lo que debería. Comienza la historia con demasiada anticipación y, aunque aprecio que se tome el tiempo para establecer la situación y conocer bien a los personajes, francamente no son tan complejos o inescrutables como para dedicar casi una hora a ello. La premisa es simple; los personajes son básicamente niños caprichosos e ignorantes; y la historia es bastante predecible. Cassavetes quiso sumergirnos en el hedonista mundo de los jóvenes delincuentes y lo logra muy bien... tan bien, que se vuelve tedioso al poco tiempo. En resumen: la cinta empieza temprano y termina tarde.
Fuera de eso, "Sospechas Mortales" es una experiencia muy interesante, magníficamente actuada y bien dirigida, que no busca moralizar con forzados artificios, sino mostrar una realidad perturbadora por ser quizás más común de lo que suponemos. La diestra tijera del editor podría haberla hecho más concisa, dinámica e impactante, pero se puede disculpar la indulgencia de un director obviamente enamorado de las actuaciones de su elenco. La puedo recomendar con la advertencia de que no es ni agradable ni edificante, sino cruda y exagerada. Pero creo que la trama justifica los excesos y es, a fin de cuentas, satisfactoria... y terrorífica.
Calificación: 8