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Muriendo por un Sueño
(
American Dreamz)
Depth of Field, 2006
107 minutos

Dirigida y escrita por Paul Weitz
Editada por Myron I. Kerstein

Elenco:
Hugh Grant .... Martin Tweed
Dennis Quaid .... Presidente Staton
Mandy Moore .... Sally Kendoo
Willem Dafoe .... Chief of Staff
Sam Golzari .... Omer Obeidi
Chris Klein .... William Williams
Seth Meyers .... Chet Krogl
Judy Greer .... Accordo
Shohreh Aghdashloo .... Nazneen Riza

Imagen © 2006 Depth of Field

Para bien o para mal, el descontento político ha sido siempre fuente de inspiración para artistas que buscan expresar su opinión y señalar las fallas de sus gobernantes a través de su medio preferido. Gracias a su difusión e impacto, se podría decir que el cine lleva la ventaja sobre otros medios, y desde luego ha producido notables manifiestos disidentes a lo largo de los años. Lamentablemente los responsables de "Muriendo por un Sueño" no tuvieron la convicción (o el valor) necesario para inflamar el orgullo cívico, pues si bien sus intenciones emulan a las de sus predecesores, el mensaje mismo llega tan diluido que apenas causa leves risas y blanda aceptación.

En fin... al menos lo intentaron.

La trama de "Muriendo por un Sueño" sigue a tres divergentes personajes, cuyas historias se entrelazan inexorablemente hasta la surrealista conclusión: por un lado tenemos a Omer Obeidi (Sam Golzari), inepto terrorista iraquí que es enviado a los Estados Unidos, no para causar daños, sino porque se ha convertido en un obstáculo para sus camaradas; luego tenemos a Sally Kendoo (Mandy Moore), talentosa pero manipuladora concursante del programa televisivo American Dreamz, donde el implacable juez Martin Tweed (Hugh Grant) decide quién será el siguiente ídolo musical del país; y finalmente tenemos al Presidente de los Estados Unidos (Dennis Quaid), un mero títere controlado por su Jefe de Gabinete (Willem Dafoe), quien ve con desagrado la nueva confianza e iniciativa que está tomando su antes pusilánime jefe. Por extraños caminos estos personajes se encontrarán en un momento que podría decidir el futuro del mundo... y del nuevo ídolo americano.

El combinar la sátira de tantas personas y organizaciones (desde el Gobierno de los Estados Unidos hasta los programas televisivos de "Realidad", sin olvidar a los terroristas del Medio Oriente) suena demasiado ambicioso, y no hubiera sido raro que "Muriendo por un Sueño" terminara siendo una incoherente plasta de personajes y escenas carentes de sentido. Sin embargo, debo aplaudir el talento como guionista del director Paul Weitz, pues logró conciliar todas las sub-tramas en un libreto claro, conciso y perfectamente lógico (lo cual no quiere decir "creíble") que no hace trampas y que se mantiene consistente hasta el final.

No obstante, por impresionante que sea la estructura y flujo que Weitz le dio a la historia, la película no es particularmente buena.

El problema, como mencioné al principio, es que la sátira resulta tan amable y conciliadora que pierde toda credibilidad como crítica social y política. Los personajes son tan simpáticos como amorales (en gran parte gracias a los actores), de tal modo que la obra nunca alcanza el tono cínico, ácido y amargo de los más incendiarios (y mejores) ejemplos del género (como "Wag the Dog", de 1997; "Dr. Strangelove", de 1964; y "The Great Dictator", de 1948)

Hay que aclarar, sin embargo, que aunque los temas globales de la película se quedan cortos, la sátira más íntima y personal resulta brillante gracias a los bien construidos personajes y a los hábiles actores que los interpretan. Mandy Moore ha mejorado bastante en su faceta actoral, y realiza un buen trabajo como la dulce chica que desea ganar el concurso... y que no se detendrá ante nada para lograrlo. Dennis Quaid personifica con gran precisión al atolondrado Presidente que genuinamente desea ayudar a su país; Willem Dafoe representa fielmente a una caricatura de Dick Cheney, y aunque quizás exagera un poco con la comedia, su intención es siempre honesta y su desempeño energético. Sam Golzari como el fallido terrorista añade humanidad a un papel peligroso; y finalmente Hugh Grant emula perfectamente a Simon Cowell, repitiendo el papel que ya sabe de memoria: el individuo de baja moral pero elevada simpatía que se logra ganar al público a pesar de sus obvias (pero aceptadas) fallas.

Son esos personajes (y actores) lo que rescata "Muriendo por un Sueño", haciéndola merecedora de cierta recomendación, no por su labor crítica y satírica, sino por el eficiente trabajo de Paul Weitz... como guionista logró armar con precisión y cuidado una compleja trama al mismo tiempo que creó personajes vívidos e interesantes; y como director supo integrar un buen elenco y consiguió mantener el precario proyecto en el aire, evitando que cayera víctima de su propio peso y ambición. Quizás como comedia no resulta muy graciosa, pero "Muriendo por un Sueño" tiene bastantes elementos recomendables, y será sin duda de especial interés para detractores de George Bush y para aficionados al "reality TV". Después de todo, quizás la intención secreta del director no fue satirizar a la Presidencia ni al fenómeno de "reality TV", sino al público complaciente que ha contribuido al éxito de ambas entidades.

Calificación: 7

Pablo del Moral

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