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Ovejas Asesinas
(
Black Sheep)
Live Stock Films, 2006
Nueva Zelanda, 87 minutos

Dirigida y escrita por Jonathan King
Editada por Chris Plummer

Elenco:
Nathan Meister ... Henry Oldfield
Danielle Mason ... Experience
Peter Feeney ... Angus Oldfield
Tammy Davis ... Tucker
Glenis Levestam ... Sra. Mac

Imagen © 2006 Live Stock Films

Parecería que el resurgimiento del cine de terror empieza a perder vigor, pero casi cada semana aparece en la cartelera una nueva cinta que pretende atraer a la vasta audiencia que disfruta de este menospreciado género. Y si bien los resultados son frecuentemente decepcionantes, de vez en cuando surge alguna... sorpresa (no quiero decir "joya") que me da esperanzas sobre el futuro del género.

"Black Sheep" es una de esas sorpresas... no exenta de fallas.

Es obvio que los realizadores de la película buscaron emular el tono y ritmo de la obra temprana de Peter Jackson y Sam Raimi, desde la frenética violencia y el liberal uso de sangre artificial, hasta el torcido sentido del humor. Y aunque no recuerdo muchas películas con inocentes ovejas como sanguinarios villanos (lo que más se aproxima son los siniestros borregos de "The Dark" y el perrito Poodle poseído en "The Boneyard"... sé que no es una oveja, pero también tenía pelo blanco y rizado), la falta de originalidad en los demás aspectos nubla un poco mi entusiasmo por esta cinta.

La historia se ubica en Nueva Zelanda (incidentalmente el terruño de Peter Jackson, donde filmó sus legendarias películas independientes de terror), país eminentemente ovejero en el que los pachones animalitos aventajan a la población humana en proporción de 10 a 1. Ahí conocemos a Henry (Nathan Meister), heredero de una enorme granja de ovejas, pero sin interés en administrarla tras la misteriosa muerte de su padre. Ahora, después de años de vivir lejos del lugar, regresa con el único propósito de vender su mitad de la herencia al hermano que asumió responsabilidad del negocio familiar.

Desafortunadamente su visita coincide con la presencia de un par de defensores de los derechos animales, buscando pruebas de que la granja sirve como laboratorio para que una siniestra empresa realice experimentos genéticos inhumanos y prohibidos. Entonces, los bien intencionados jóvenes encuentran más pruebas de las que esperaban, y accidentalmente liberan un extraño embrión ovino, que empieza a contagiar al resto de sus congéneres con una febril agresión... y hambre de carne humana.

Por supuesto una gran parte del humor de la película radica en el contraste entre la pacífica apariencia de las ovejas y la carnicería que cometen cuando son infectadas por el "virus zombie" (o lo que quiera que sea). El director Jonathan King saca amplio provecho de esa circunstancia ofreciendo ingeniosas escenas donde los personajes huyen despavoridos de las aparentemente inofensivas criaturas. Afortunadamente el guión no se limita a tal estructura, pues encuentra satírico humor en muchos aspectos humanos, desde la ironía de los defensores de los animales hasta la esperada justicia que condena a quienes los torturan para beneficiar su bolsillo.

Pero, ¿es "Black Sheep" una película de horror o una comedia? Me inclino por lo segundo, aunque hay buenos momentos de suspenso y violencia que tal vez serían perturbadores en otro contexto, pero que bajo el manto de la comedia se vuelven hilarantemente grotescos. En otras palabras, imaginen "Dead Alive", de Peter Jackson, pero con ovejas en vez de zombies.

Los actores se muestran a la altura de las circunstancias y logran tomar sus papeles en serio (dentro de lo posible), aunque sin perder el característico desenfado neozelandés que comparten con las películas australianas. No podría señalar a alguno por su destacada actuación, pero como ensamble cumplen su propósito y no caen en la fácil trampa de exagerar el humor de las circunstancias en las que se ven envueltos.

Los efectos especiales son de variable calidad, aunque siempre en línea con la intención de la película. Las ovejas mecánicas son asombrosamente realistas (no en balde la producción contó con la ayuda del célebre estudio Weta para la realización de efectos prácticos), pero algunas criaturas híbridas lucen la marca de la manufactura amateur. Aún así, como dije, son siempre apropiadas para complementar el tono y actitud que pretende adoptar "Black Sheep".

Entonces, aunque de vez en vez se nota que la película trata calculadoramente de convertirse en un "clásico de culto", puedo disculpar esa aparente falta de honestidad en vista del resto de sus abundantes virtudes, que van desde su gracioso libreto hasta su ingeniosa dirección ("Entonces, ¿quién está conduciendo?"), sin olvidar los litros de sangre vertida por malignas ovejas, simultáneamente simpáticas y mortales. Después de todo, una imitación de la obra de Peter Jackson y Sam Raimi realizada con tal entusiasmo y humor merece disculpa por su falta de originalidad y aplausos por su valor y confianza en el público aficionado al terror, que seguramente encontrará en esta película una eficiente distracción, no muy profunda o memorable, pero inmensamente entretenida. Y si sirve para salvar la vida aunque sea de una sola oveja, habrá cumplido su noble propósito.

Calificación: 9

Pablo del Moral

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