New Line Cinema, 2002
116 minutos
Dirigida por Guillermo del Toro
Escrita por David S. Goyer, basado en personajes creados por Marv Wolfman y Gene Colan
Editada por Peter Amundson
Elenco:
Wesley Snipes .... Blade
Kris Kristofferson .... Abraham Whistler
Norman Reedus .... Scud
Leonor Varela .... Nyssa Damaskinos
Ron Perlman .... Reinhardt
Luke Goss .... Jared Nomak
Imagen © 2002 New Line Cinema
Es de admirar el giro que la compañía Marvel Comics ha dado en el último año y medio. Bajo la dirección de Bill Jemas y con la jefatura editorial a cargo de Joe Quesada, el otrora elefante blanco es hoy la fuerza más importante en la industria del comic norteamericano, y no sólo económicamente; a nivel artístico la mejoría ha sido aún más impresionante. Los "establos" de escritores genéricos intercambiables han sido reemplazados por novelistas y veteranos que realmente saben inyectar personalidad en los personajes y crear historias humanas, que van más allá de las vacías batallas campales que durante tanto tiempo asolaron al género de superhéroes.
Por su parte, Stan Lee y Avi Arad, responsables de los aspectos fílmicos de Marvel, de algún modo superaron su etapa de desesperación, en virtud de la cual cometieron graves errores al prestar sus personajes a proyectos de bajo nivel, que fueron desde la horrible "Captain America", de 1991, hasta la entretenida pero hueca "Punisher", de 1989. Esos errores fueron cometidos en gran parte por vivir bajo la titánica sombra de los grandes éxitos que DC Comics (la eterna "Distinguida Competencia") obtuvo en años pasados, desde "Superman" hasta las cintas de Batman. De hecho, fué la primera "Blade" la que rompió este esquema, y le dio a Marvel su primer auténtico éxito de taquilla. Después de eso "X-Men" continuaría la racha y prepararía el camino para "Spider-Man", "Hulk" y "Daredevil".
Al igual que su predecesora, "Blade II" logra una eficaz combinación de los extravagantes conceptos propuestos en el comic, con la fórmula y estructura del cine de acción contemporáneo. Al comenzar vemos a Blade (Wesley Snipes) trabajando en su eterna lucha contra los vampiros, ahora auxiliado por Scud (Norman Reedus), un genio mecánico que se encarga del armamento que Blade utiliza y que reemplaza al fallecido Whistler (Kris Kristofferson). Entonces, en un enfrentamiento, Blade es sorprendido por una propuesta de parte de la comunidad vampírica: resulta que existe una variedad de vampiros tan violenta y agresiva que pone en peligro la existencia tanto de la humanidad como de los no-muertos, por lo que se sugiere una tregua entre Blade y sus enemigos. Así, el héroe y un grupo de expertos guerreros vampíricos se disponen a enfrentar la nueva amenaza, lo que no será fácil porque primero deberán luchar contra sus propias inseguridades, dudas y traiciones.
No pretendo decir que "Blade II" es una gran obra dentro del arte cinematográfico... pero como entretenimiento popular es extraordinaria. La trama es una apresurada excusa para meterse de lleno en la acción tan pronto como sea posible, y los giros con los que el guión pretende sorprendernos son risibles y totalmente predecibles. La mayor parte de los personajes son planos y anónimos, pero las excepciones (el propio Blade y su rival Reinhardt, interpretado por el gran Ron Perlman) son tan fuertes que logran compensar con su arrasador carisma. Snipes merece respeto por el tono de su actuación: cualquier otro actor hubiera llevado al personaje a los ridículos de la seriedad extrema, o lo hubiera castrado con un desempeño socarrón e irrespetuoso. Pero bajo la segura mano de Snipes, Blade es a la vez héroe y anti-héroe, figura trágica y cínico triunfador, poseedor de esa inefable característica que eleva a los mejores personajes de comic sobre el resto de los hombres, pero que los mantiene anclados a su propia humanidad.
Y los efectos... oh, los efectos... A pesar de que soy el primero en denunciar el uso moderno de los efectos especiales como un fin y no como una herramienta al servicio del guión, debo decir que la espectacularidad e innovación de los efectos digitales en "Blade II" es tan impresionantes que casi me hubiera conformado sólo con eso, sin contar la trama o a los actores. Un gran, gran logro. Pero por favor, notar que no he usado la palabra "realistas".
En resumen, "Blade II" es más y mejor de lo mismo; el director Guillermo del Toro ha realizado un nuevo clásico del cine híbrido de acción-horror, que tiene prioridades muy distintas a las del cine "normal", y como tal, debería juzgarse con distintos ojos. Como digerible entretenimiento es muy disfrutable, aunque sus excesos (de sangre, violencia y acción) podrían repudiar a algunos. Para fans del género, mi más ferviente recomendación
Calificación: 9