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The Call of Cthulhu
(
The Call of Cthulhu)
HPLHS Films, 2005
47 minutos

Dirigida por Andrew Leman
Escrita por Sean Branney, basado en el cuento corto de H.P. Lovecraft
Editada por David Robertson

Elenco:
Matt Foyer .... El Hombre
John Bolen .... El Escucha
Professor Angell .... Ralph Lucas
Leslie Baldwin .... Greta Johansen
Chad Fifer .... Henry Wilcox
ohn Klemantaski .... Prof. Bell
D. Grigsby Poland .... Prof. Tutchton

Imagen © 2005 HPLHS Films

Por lo general no escribo sobre cortometrajes, pero esta vez me alegra hacer una excepción gracias a que, finalmente, alguien logró adaptar a cine (o DVD) una historia de H.P. Lovecraft respetando el espíritu de la obra literaria y la intención del autor.

Como mucha gente, descubrí durante mi adolescencia las terroríficas narrativas de Lovecraft. Sus oníricas descripciones de horrores innombrables y criaturas cósmicas despertaron realmente mi imaginación, al mismo tiempo que la visión nihilista y despectiva de la humanidad que mantenía este autor coincidía con la mía.

Y a pesar de que se han realizado muchas películas interesantes y entretenidas basadas en las historias cortas de Lovecraft, ninguna ha sido realmente una adaptación literal. En los mejores casos ("From Beyond", "Re-Animator") se preservan algunos personajes y situaciones; en los peores ("The Unnamable", "Lurking Fear") sólo se toma prestado el nombre del autor y se añade alguna referencia pasajera al Necronomicón o alguna de las deidades arcanas que describe.

Entonces, quizás cansados de esa situación, los miembros de la Sociedad Histórica de H.P. Lovecraft decidieron tomar el asunto en sus propias manos y, con ayuda de un grupo de entusiastas colaboradores, lograron realizar una adaptación fílmica del cuento "The Call of Cthulhu" que no sólo es fiel a su versión literaria, sino que también logra ser una fascinante obra experimental cuya plástica visual complementa a la perfección el tono y temas del argumento.

La trama sigue a un anónimo protagonista que trata de encontrar el significado detrás de los manuscritos, cuadernos y figurillas que recibió como legado de su tío. Aparentemente el finado científico coleccionó recortes de periódico, entrevistas y testimonios que sugerían la existencia de un bizarro culto, cuyas actividades tenían una inexplicable coincidencia con pesadillas y eventos extraños alrededor del mundo. Entonces, cuando el sobrino continúa la investigación, encuentra que el culto rinde tributo a una extraña criatura cuyo origen podría estar más allá de este mundo.

En su búsqueda del terror absoluto, Lovecraft empleaba lenguaje arcaico y sugestivo para describir los oníricos horrores que protagonizaban sus historias cortas. Así, dejando todo a la imaginación del lector, Lovecraft conseguía mucho mayor impacto que las crudas descripciones de otros autores (como Edgar Allan Poe y Robert E. Howard), lo cual ha mantenido sus escritos vigentes y vibrantes aún hasta nuestros días. Pero ese factor también ha contribuido a que falle la mayor parte de las adaptaciones fílmicas que se han hecho de sus escritos. Invariablemente, cuando los indecibles horrores y las grotescas criaturas de Lovecraft aparecen en la pantalla (como creaciones digitales o de látex), automáticamente pierden impacto, pues será muy difícil que igualen lo que el lector creó en su mente.

Sabiendo esto, y muy concientes de sus limitaciones técnicas y económicas, los fundadores de la Sociedad Histórica de H.P. Lovecraft encontraron un modo brillante para realizar su adaptación: fingir que se filmó en 1925, el mismo año en que Lovecraft escribió la historia.

Así, emulando la apariencia, ritmo y recursos del cine mudo de principios del siglo veinte, el director Andrew Leman consiguió evocar el tono gótico del autor, auxiliado por brillante música y expresivas actuaciones. Además, hay que aplaudir el respeto que mostró por la fuente literaria; los 47 minutos de la película reflejan el contenido total de la historia, sin caprichosas adiciones para incrementar su duración y sin alterar la pausada narrativa en busca de mayor éxito comercial.

El truco de fingir la "edad" de una película no es nuevo, y en tiempos recientes lo hemos visto (quizás de forma más técnicamente pulida) en cintas como "The Lost Skeleton of Cadavra" y "Dracula: Pages from a Virgin's Diary". Sin embargo, se podría alegar que en "The Call of Cthulhu" el estilo complementa la narrativa de forma tan precisa que se antoja imposible filmar de otro modo este seminal cuento corto. Más aún, el empleo de "íntertítulos" (donde leemos el diálogo de los actores) permite emplear el texto original de Lovecraft en forma escrita, dándole más peso y preservando sus complejas estructuras. Y, de paso, eliminando el riesgo de arruinar la película con actuaciones no muy profesionales.

La "voz" de la película, entonces, termina siendo la extraordinaria música de Chad Fifer, Ben Holbrook, Troy Sterling Nies y Nicholas Pavkovic. Sus dinámicas composiciones aportan el tono ideal, subrayando las emociones y exaltando el drama según sea necesario. Los efectos especiales siguen la plástica de la época, empleando perspectiva forzada, animación cuadro por cuadro (stop-motion) y escenarios teatrales, aunque la edición y compuestos se hayan realizado digitalmente.

Y hablando de eso, las pocas quejas que tengo sobre "The Call of Cthulhu" son de índole técnica. La principal es que, por alguna razón, los cineastas decidieron preservar la tasa de cuadros por segundo del video digital (30). Si la hubieran reducido a la que se empleaba en el cine de principios del siglo veinte (entre 12 y 15 cuadros por segundo), la ilusión de antigüedad sería perfecta. Otro problema similar está en la edición, que emplea demasiados "cross-fades", que en aquel entonces hubieran requerido un costoso proceso óptico; por eso eran mucho más comunes los cortes directos. Son detalles así los que rompen la ilusión y nos recuerdan que estamos viendo sólo una emulación de cine antiguo.

Pero en vista del impresionante logro que resultó "The Call of Cthulhu", esas quejas de ciber-nerd son realmente minúsculas. La cinta cumple perfectamente con su propósito y trasciende su modesto origen con gran ingenio e imaginación, entregándonos la primera adaptación fiel en fondo y forma de un cuento de H.P. Lovecraft. Quizás sea un poco seca para el público general, pero los aficionados a ese autor seguramente la encontrarán fascinante, respetuosa y muy entretenida. El DVD se puede obtener en la página oficial cthulhulives.org, aunque yo adquirí mi copia en lurkerfilms.com, por su flexible plan de envío al extranjero. Vale la pena apoyar esta película; quizás así estos cineastas continúen su labor y nos den más adaptaciones fílmicas de un autor que mucho ha influido en la ficción fantástica moderna, pero que se ha mantenido al margen del éxito cinematográfico comercial. Esperemos que esto cambie pronto.

Calificación: 9

Pablo del Moral

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