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El Luchador
(
Cinderella Man )
Universal Pictures, 2005
144 minutos

Dirigida por Ron Howard
Escrita por
Cliff Hollingsworth y Akiva Goldsman
Editada por Daniel P. Hanley y Mike Hill

Elenco:
Russell Crowe .... Jim Braddock
Renée Zellweger .... Mae Braddock
Paul Giamatti .... Joe Gould
Craig Bierko .... Max Baer
Paddy Considine .... Mike Wilson
Bruce McGill .... Jimmy Johnston

Imagen © 2005 Universal Pictures

Estoy seguro de que habrán visto en repetidas ocasiones esos anuncios televisivos donde, por medio de empalagosas viñetas, alguna mega-corporación transnacional trata de asegurarnos que lo que más le preocupa es el bienestar de nuestra familia.

Ya saben los anuncios a los que me refiero... escenas de madres alimentando a sus bebés, padres jugando fútbol con sus hijos, abuelitos bailando en la reunión familiar... Y luego, la tranquilizadora firma: "MegaCorpCom tiene una sola razón para existir: usted". A continuación, el locutor dice en voz baja y apresurada: "MegaCorpCom es una subsidiaria de WorldTechInc, una división de MicroTrustBank".

Se derrama la sinceridad, ¿cierto?

La misma impresión me dejó la película "El Luchador", una manipuladora historia acerca de una figura deportiva que inspiró a toda una nación en su momento de mayor necesidad. ¿Su nombre? El caballo Seabiscuit.

No, perdón. El protagonista es James Braddock (Russell Crowe), quien durante la segunda década del siglo veinte tuvo una próspera carrera como boxeador, hasta que una fractura en la mano derecha lo obliga a retirarse del deporte, justo al inicio de la Gran Depresión Económica de 1929. Entonces, para mantener a su esposa Mae (Reneé Zellweger) y a sus tres hijos, Braddock tiene que buscar empleo en los muelles, o donde pueda. Las cosas no van muy bien, y eventualmente se encuentra en una situación desesperada. Afortunadamente Joe Gould (Paul Giamatti), su fiel manejador, consigue una pelea de relleno y, para sorpresa de todos, Braddock gana. Así comienza su recuperación, tanto económica como personal. Pero su fugaz éxito podría terminar en tragedia, cuando acepta una pelea contra Max Baer, el feroz campeón de peso pesado, que ya ha matado a dos contrincantes en el ring. No obstante, Braddock necesita el dinero, y acepta aún contra los deseos de su esposa. Entonces, la cuestión ya no es ganar la pelea, sino sobrevivir.

El atractivo universal de esta historia está en la consabida redención de alguien que parecía un perdedor, pero que logra superarse gracias a su indomable espíritu y tenacidad. Pero, así de cliché como suenan esas frases, también lo es la película misma. Claro, está bien escrita y excelentemente filmada, por lo que no se puede negar que cumple su propósito de emocionar y distraer al público con una historia edificante durante más de dos horas.

Pero, ¿qué tan honesta es su intención? Así como podemos encontrar fórmulas bien conocidas y repetidas en otros géneros (horror, comedia romántica, etc.), los convencionalismos de estos dramas pseudo-históricos se sienten tan cansados y artificiales que es difícil tomarlos en serio. Y no digo esto como ataque al auténtico James Braddock, quien seguramente tuvo una vida fascinante, sino como denuncia contra los cineastas que toman fáciles historias de triunfo y las transforman en baratas (figurativamente, desde luego) fábulas para rápido consumo en los multicinemas del mundo, aparentando profundidad y valor intelectual que no tienen. ¿Qué es peor, hacer basura divertida y sin pretensiones como "Stealth: Amenaza Invisible", o fingidos y solemnes dramas humanos como "El Luchador"?

Qué bueno que es una pregunta retórica, porque no sabría cómo responderla.

En fin, no digo que "El Luchador" sea mala. Todo lo contrario; las actuaciones son buenas (aunque Reneé Zellweger irrita bastante como la valiente y sufrida esposa, cuya interpretación se limita a hacer pucheros y a hablar con un acento de Nueva Jersey bastante exagerado), con Russell Crowe entregando uno de sus característicos trabajos, llenos de detalle y realismo. La dirección de Ron Howard es muy buena, particularmente en las escenas de boxeo, que no buscan enfatizar la violencia del deporte, sino el conflicto interno de los contrincantes. Y la ambientación es simplemente perfecta, reflejando vívidamente la pobreza urbana de la época. Pero por buenos que sean sus elementos técnicos, no se puede ignorar que la narrativa es demasiado manipuladora y fingida.

Supongo que "El Luchador" será una de esas películas con muchas nominaciones al Óscar (lo cual, en vista de resultados pasados, es más insulto que halago), y aunque puedo recomendarla como vacuo entretenimiento lacrimoso e inspirador, no puedo ignorar sus obvios y transparentes esfuerzos por conmovernos. Entonces, lo mejor que puedo decir es que "El Luchador", al igual que los cineastas responsables, tienen mi admiración, pero no necesariamente mi respeto. De cualquier forma, no creo que les importe mucho, porque lo que ya tienen es mi dinero. Y sospecho que esa es la intención real de la película

Calificación: 8

Pablo del Moral

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