Debo aceptar que mi interés por ver "Dentro de la Piel"
era meramente visceral, pues al haber recibido aclamación del público
y la crítica en festivales de cine fantástico, pensé
que la cinta sería una intensa pero banal obra de terror.
Para mi sorpresa, la película resultó ser un desgarrador (ahem)
retrato de una mujer cuya extraña y aparentemente inexplicable obsesión
está haciendo que su vida se desmorone lentamente.
Esther (Marina de Van) es una mujer razonablemente feliz, de clase media.
Acaba de ser ascendida en su trabajo a un puesto con más responsabilidad,
y el dinero adicional le permitirá comprar una casa para compartirla
con Vincent (Laurent Lucas). Sin embargo, durante una fiesta ella sufre un
pequeño accidente, en el que se hace una herida en una pierna. Esto
parece desatar una serie de inusuales comportamientos en Esther... al principio,
con curiosidad, empieza a hacer tímidas incisiones en su pierna herida,
lo que aparentemente le da cierta satisfacción. Pero en poco tiempo
su manía de auto-mutilación se ha salido de control, poniendo
en peligro su trabajo, su relación con Vincent y tal vez su vida misma.
Es muy fácil comparar "Dentro de la Piel" con la obra del
director canadiense David Cronemberg... después de todo, esta película
muestra, con lujo de sórdido detalle, una especie de obsesión
fetichista con el cuerpo humano. Sin embargo, la extraña obsesión
auto-mutilatoria de la protagonista no está motivada por el simple
placer sexual, sino por una irresistible fascinación con su cuerpo,
la cual no puede ser satisfactoriamente explicada en el plano racional humano...
pero emocionalmente tiene una cierta torcida lógica, considerando el
angustioso estado mental en el que se encuentra. Las presiones a las que está
sometida, como su nuevo trabajo y la evolución de la relación
con su novio, podrían ser demasiado para ella, y tal vez eso desata
su compulsión, con la que quizás busca un cierto alivio, una
intimidad personal que el entorno social le está arrebatando.
Sé que estoy usando demasiados "quizás", "tal
vez" y "podría ser". En verdad ignoro si esta ha sido
la intención de la directora/escritora/actriz Marina de Van. No es
fácil adivinar su motivación para hacer esta película,
pues no hay explicación evidente para las acciones de la protagonista.
Incluso el final es frustrantemente ambiguo, y no resuelve absolutamente nada.
Pero por otro lado, las manías y rituales secretos asociados con la
obsesión compulsiva rara vez tienen fácil solución y
respuesta.
Así, mientras que Cronemberg se complace en mostrarnos sexualidades
alternativas (en cintas como "Crash", "Dead Ringers" y
"Videodrome") con cierto aire clínico y frío, Marina
de Van nos lleva directamente a la pasional psique de Esther, donde no encontraremos
explicaciones, sino los vibrantes y volubles estados anímicos que desatan
este bizarro comportamiento. Estoy seguro de que gran parte del público
no comprenderá la intensidad emocional de la cinta... en cierto modo,
son ellos quienes más suerte tienen, pues sólo los que hemos
experimentado obsesiones compulsivas similares recibiremos el impacto completo
de esta valiente obra. Decididamente no es para todos, pero quienes sepan
apreciarla encontrarán una historia resonante, profunda y hasta cierto
punto tranquilizante. ¿Ya terminó mi hora, doctor?
Calificación: 9
Imagen © 2002 Canal+
Dirigida y escrita por Marina de Van
Editada por Mike Fromentin
Elenco:
Marina de Van .... Esther
Laurent Lucas .... Vincent
Léa Drucker .... Sandrine
Thibault de Montalembert .... Daniel
Marc Rioufol .... Henri
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