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Eragon
(
Eragon)
Fox 2000 Pictures, 2006
Estados Unidos/Reino Unido
104 minutos

Dirigida por Stefen Fangmeier
Escrita por Peter Buchman, basado en la novela de Christopher Paolini
Editada por Roger Barton y Chris Lebenzon

Elenco:
Edward Speleers .... Eragon
Jeremy Irons .... Brom
Sienna Guillory .... Arya
Robert Carlyle .... Durza
John Malkovich .... King Galbatorix
Garrett Hedlund .... Murtagh

Imagen © 2006 Fox 2000 Pictures

La novela "Eragon" y sus secuelas son principalmente famosas por la corta edad de su autor, quien empezó a escribirlas a los quince o dieciséis años.

Se nota.

No he leído el libro, y tengo entendido que la película no es muy fiel a la obra original, pero igualmente resulta ser un pastiche de ideas y conceptos mejor empleados en películas como "Star Wars" y la trilogía de "The Lord of the Rings". Y si tomamos en cuenta que esas obras tampoco son muy originales, encontramos que "Eragon" es una copia de la copia, carente de identidad propia y absolutamente genérica en su narrativa, situaciones y personajes.

La cinta comienza con la típica solemne narración que establece la cansada historia: en el pasado, los caballeros jed... perdón, los jinetes de dragones mantenían el orden, pero luchas internas y ambición provocaron una gran guerra en la que sólo sobrevivió el villano Galbatorix (John Malkovich), quien ahora conduce un reinado de terror y opresión.

Sin embargo, hay esperanzas para el mundo pues, al principio de la película conocemos al joven granjero Luke Skyw..., perdón, Eragon (Edward Speleers), quien descubre una misteriosa piedra que resulta ser un huevo de dragón. El huevo se rompe y nace un simpático dragón que, afortunadamente, madura en un par de días, y le revela telepáticamente a Eragon que su destino es ser el jinete de dragones que restaurará la justicia y la paz en el mundo (o en el reino... no puse mucha atención).

Entonces, un viejo vagabundo llamado Obi Wa..., perdón, Brom (Jeremy Irons), inicia a Eragon en los secretos de la Fuerz..., digo, de la Magia. Así, con su ayuda y la del dragón, el joven intentará cumplir su destino y luchar contra los esbirros que Galbatorix ha enviado para eliminarlo...

Curiosamente no hay "comic relief" que haga las veces de C-3PO y R2-D2. Quizás el autor los olvidó, o pensó que sería demasiado plagio.

A pesar de su penosa falta de originalidad, "Eragon" resulta más o menos entretenida gracias a su dinámico ritmo y al entusiasmo de su elenco. Quizás las actuaciones no sean muy buenas, pero al menos ofrecen energía y convicción, tanto en el acartonado protagonista como en el siempre confiable Jeremy Irons y el irreconocible Robert Carlyle. Desafortunadamente el novato director Stefen Fangmeier, (ex-supervisor de efectos especiales) no aprovecha la presencia de John Malkovich, y lo relega a un par de escenas risibles, donde vemos al villano haciendo lo que más les gusta hacer a los villanos de su estirpe: sentarse en el trono, amenazando a sus súbditos. ¿Esa era su meta al conquistar el mundo? Ojalá sea un trono muy cómodo.

Por lo demás, la cinta transcurre indoloramente, tocando las indispensables bases del género: el rescate de la princesa, el reclutamiento de nuevos aliados, el sacrificio de un personaje importante... en fin, nada nuevo hasta llegar al "épico" final, donde presenciamos una supuesta batalla entre miles de personajes digitales y unos cuantos reales. De hecho, la obvia limitación de recursos que se nota a lo largo de "Eragon" replica accidentalmente el encanto del cine de fantasía de los ochentas, donde atroces, pero divertidas películas como "Deathstalker", "Ator" y "Barbarian Queen" trataban de contar igualmente épicas historias con unos cuantos extras y un par de "auténticas" locaciones antiguas. Obviamente "Eragon" es un producto más costoso y moderno, pero hace veinte años pudo fácilmente encajar en esa patética pero divertida filmografía.

No me inclino mucho a recomendar "Eragon", pero como cine infantil es definitivamente mejor (o menos peor) que el desfile de huecas cintas animadas que acompañan la temporada navideña. Quizás los fanáticos de la fantasía (o los lectores del libro original) la apreciarán más, pero al mismo tiempo encontrarán que el renacimiento de este género (gracias al éxito de la serie de Harry Potter y a la trilogía de "El Señor de los Anillos") también estimula la creación de obras mediocres que sólo buscan explotar económicamente esa fugaz tendencia. Por mi parte, sólo puedo decir que "Eragon" no me aburrió mucho a lo largo de casi dos horas, pero quizás hubiera preferido cubrir mi dosis de fantasía jugando "World of Warcraft" o "Neverwinter Nights". O viendo de nuevo la incomparable "Dungeons & Dragons".

Calificación: 6.5

Pablo del Moral

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