Dirigida por David Bowers y Sam Fell
Escrita por Sam Fell, Peter Lord, Dick Clement, Ian La Frenais, Chris Lloyd, Joe Keenan y Will Davies
Editada por Eric Dapkewicz y John Venzon
Elenco (voces):
Hugh Jackman .... Roddy
Kate Winslet .... Rita
Ian McKellen .... The Toad
Jean Reno .... Le Frog
Bill Nighy .... Whitey
Andy Serkis .... Spike
Shane Richie .... Sid
Aunque ya estoy cansado de películas animadas repletas de animales parlanchines y con mucha "actitud", fui a ver "Lo Que el Agua se Llevó" con tímido optimismo. Después de todo, el estudio británico Aardman ha forjado una ilustre carrera produciendo brillantes obras animadas como "Wallace and Gromit" y "Chicken Run"... sin embargo, éste es el primer largometraje en el que emplean exclusivamente animación digital, en vez del más tradicional sistema de "stop motion".
Afortunadamente la nueva técnica no bloquea la destreza narrativa del estudio, y aunque el celebrado Nick Park no tenga presencia formal en "Lo Que el Agua se Llevó" (excepto por un par de voces), la cinta mantiene su estilo, si bien busca adaptarlo al más frenético ritmo de las cintas más modernas.
Al principio de la película conocemos a Roddy (voz de Hugh Jackman), un refinado ratón que vive como mascota de una adinerada familia en Londres, la cual está a punto de emprender un viaje dejando al roedor en la enorme casa, rodeado de lujo y diversión... pero totalmente solo. Roddy resiente un poco la soledad, pero está contento con tener alimento garantizado y seguridad. Pero cuando un accidente lo lleva a las cloacas de Londres, el ratón entra en contacto con una cuidad subterránea, rebosante de emociones... y peligro.
Entonces, deseoso de regresar a su pacífica existencia, Roddy pide ayuda a Rita (voz de Kate Winslet), una avispada rata. Pero, como condición, ella a su vez le pide ayuda para evitar que el tenebroso Sapo (voz de Ian McKellen) lleve a cabo un maligno plan que podría cambiar para siempre la ciudad subterránea.
Hay que agradecer que la trama de "Lo Que el Agua se Llevó" evite en lo posible los convencionalismos de las cintas infantiles modernas. Claro, los obligados temas de respeto, tolerancia y diversidad están presentes pero en segundo plano, dejando al frente las chispeantes personalidades y el agudo humor del guión (en el que, por cierto, colaboraron siete escritores). Dicho humor abarca una amplia gama de situaciones, y va desde el esperado "slapstick" (en una hilarante secuencia de golpes en los genitales) hasta sutiles pero graciosas referencias a la cultura popular (incluyendo muchas otras películas animadas, comics y hasta obras literarias).
En otras películas encuentro esa práctica irritante y predecible por funcionar como truco barato para generar pseudo-humor a falta de genuino talento. Pero en "Lo Que el Agua se Llevó" funciona sólo como aderezo, ya que la mayor parte de las risas provienen de las personalidades del protagonista y de los inusuales personajes que encuentra en su aventura. Si tan solo los creadores de cintas como "Open Season" y "Madagascar" entendieran ese simple concepto...
Otra cosa que usualmente me desagrada es el uso de famosos actores para dar voz a los personajes. Con frecuencia sobreactúan el humor o simplemente no saben transmitir emociones adecuadas sin su presencia física, pero afortunadamente el elenco de "Lo Que el Agua se Llevó" evita esos problemas con actuaciones sinceras y llenas de detalle. Particularmente graciosos son Ian McKellen como el anfibio villano y la pareja de Andy Serkis y Bill Nighy como sus fieles esbirros.
Habiendo halagado así a la película, debo señalar también que algunas cosas se perdieron en la transición de stop motion a animación digital. Las aparatosas secuencias de acción que luce "Lo Que el Agua se Llevó" hubieran sido imposibles de realizar con el método tradicional, pero no por ello resultan particularmente buenas, además de que restan cohesión a la estructura de la cinta. En otras palabras, entiendo que los directores deseen mantener la trama ágil en una cinta infantil; pero por otro lado, las constantes secuencias de acción debilitan e interrumpen el flujo natural de la historia.
No obstante, a pesar de todo lo anterior, pasé un buen rato con esta película. Tal vez mis expectativas eran bajas, pero aún así debo reconocer que los directores David Bowers y Sam Fell, junto con sus guionistas y su ejército de animadores, lograron encontrar un agradable balance entre la fórmula de la cinta animada moderna y el tradicional "estilo Aardman", dando como resultado una cinta de inusual inteligencia en su guión, pero con el esperado espectáculo visual que dejará satisfechos a los niños que no busquen sofisticado humor británico... como los golpes en los genitales.
Calificación: 8