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El director Ridley Scott es de los pocos cineastas que de algún modo se las arregla para consistentemente crear cine de alta calidad. Esto no siempre se traduce en éxito de taquilla, por lo cual algunas de sus recientes obras han caído en la obscuridad (como "White Squall", alias "La Tormenta"); sea como sea, Scott ha conciliado exitosamente su tremendo sentido visual, forjado a lo largo de años dirigiendo comerciales para T.V., con su habilidad para contar una buena historia en forma interesante.
"Gladiador" se centra en un general romano, quien por circunstancias políticas es despojado de su cargo y vendido como esclavo; posteriormente es obligado a luchar en espectáculos públicos lo que trata de aprovechar para buscar la ocasión de impartir justicia a sus enemigos.
En esta película el director y su ejército de colaboradores han logrado con éxito aplicar una fórmula clásica con muy buenos resultados; la cinta es primordialmente un espectáculo, repleta de acción y efectos, épica en su forma, pero íntima en su contenido. Los personajes nunca se pierden de vista; sus motivaciones son perfectamente válidas y sus emociones genuinas. A diferencia de lo que frecuentemente ocurre en producciones de este tamaño, la humanidad de la trama toma preponderancia sobre los adornos visuales, que por cierto, son sorprendentes.
El guión es el principal responsable de mantener el enfoque en el drama humano; los diálogos son muy buenos, alejándose en lo posible de los clichés del género a la vez que indica levemente la dualidad entre los espectadores del Coliseo romano y el público de esta cinta. Una sutil observación que se hace para ponernos a pensar luego de disfrutar de la película.
De los actores que dan vida a dichos personajes, son cuatro los que definitivamente determinan la calidad global de la cinta: Russell Crowe ha demostrado ser un increíble actor, y aunque aquí su papel no es el mejor que ha tenido, su presencia y desempeño son tan buenos como siempre.
Richard Harris brilla también en su corta intervención; este actor ha hecho carrera desempañado varios papeles de estadista, rey o líder, y tiene ya completamente dominada la técnica. Su engañosa fragilidad física es compensada por una inefable cualidad que lo convierte en un foco de poder; aunque esté vestido con una simple toga nunca queda en duda quien manda en esa escena.
Oliver Reed me ha parecido siempre un actor exagerado; no he visto gran parte de su obra y tal vez por eso me sorprendió agradablemente su actuación en "Gladiador"; no tenía idea de que fuera capaz de vestir su personaje con detalles de actuación tan eficientes que nos hacen simpatizar con un tratante de esclavos. Como nota técnica adicional, Reed falleció antes de que concluyera la filmación de esta cinta, y fué "resucitado" digitalmente para terminar algunas de sus escenas. Por mucho que me fijé, nunca noté irregularidad alguna; excelente trabajo de composición.
Sin embargo, la mejor actuación debe ser la de Joaquin Phoenix, quien merece salir de la sombra de su fallecido hermano, pues con su trabajo reciente creo que ha sobrepasado cualquier comparación que se pudiera haber hecho. En "Gladiador" Phoenix tiene la ingrata labor de hacerse odiar por el público, lo que logra alejándose de todo manerismo con el que en otras cintas se determina el "villano genérico". Aquí, la actuación de este joven actor requiere auténtico talento para desarrollar a su personaje. En otras manos tal vez el papel se hubiera convertido en una caricatura; en el clásico villano unidimensional. Afortunadamente, Joaquin Phoenix lo eleva a una obra maestra.
Tal vez no sea mala, pero la actuación de Connie Nielsen como Lucila, al compararse con estos cuatro artistas, resulta un poco hueca; tal vez sea que el papel está escrito así. De ningún modo actúa mal, sólo que no se siente al nivel general de la obra.
Técnicamente la película es extraordinaria, como siempre se espera de este director; algunas composiciones con fondos digitales no son cien por ciento convincentes, pero no disminuyen el sorprendente trabajo de efectos, prácticos y digitales, que adornan la cinta. La fotografía ha logrado una paleta de color limitada que ayuda enormemente a establecer el ambiente barbárico y "primitivo" de la Roma antigua.
Quiero hacer mención especial de la música, de Hans Zimmer; como siempre, su partitura es impecable, pero esta vez creo que sí cruzó la línea que normalmente apenas respeta, y el resultado es que suena un poco exagerada y llama demasiado la atención, a costa de la película misma. Estoy seguro que será un placer escucharla en CD, pero como acompañamiento de la película pasó de elemento narrativo a un fin por sí misma.
Pero es una queja minúscula; "Gladiador" es una excelente cinta de acción con suficiente contenido humano para elevarla sobre las típicas "películas de verano" que pronto nos invadirán. Muy recomendable.

Calificación: 9

Pablo

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Gladiador
(Gladiator)

2000
154 Minutos. Clasificación C.

Dirigida por Ridley Scott.
Escrita por David H. Franzoni, John Logan y William Nicholson.

Elenco:
Russell Crowe .... Maximus
Joaquin Phoenix .... Commodus
Connie Nielsen .... Lucilla
Oliver Reed .... Proximo
Derek Jacobi .... Gracchus
Djimon Hounsou .... Juba
Richard Harris .... Marcus Aurelius
Spencer Treat Clark .... Lucius