Una Buena Chica, por Pablo

Estoy seguro de que parte del público que vea "Una Buena Chica" no sabrá cómo reaccionar ante la curiosa mezcla de drama y humor que diestramente se maneja. A primera vista la película es una comedia romántica pero, luego de utilizar algunos de los estándares del género para establecer la situación de los personajes, toma su propio camino y se interna en un terreno que tal vez podría clasificarse como humor negro, pero que en realidad es mucho más humano y sincero.

Por el estilo y temas que toca "Una Buena Chica", podría compararla con otras cintas como "Welcome to the Dollhouse" y "Very Bad Things", lo cual es desde luego un halago. Aunque se fundamenta en una estructura de comedia, la trama es muy dramática; pero las reacciones de los personajes y las muy acertadas actuaciones, encuentran el balance perfecto de humor y tragedia para convertirla en una obra a la vez simpática y profunda.

"Una Buena Chica" narra un pasaje en la vida de Justine Last (Jennifer Aniston), una joven mujer condenada a vivir una monótona y vacía existencia. Su trabajo como dependiente en una pequeña tienda de autoservicio es repetitivo y poco estimulante, y para colmo su vida casera se limita a servir de mesera para su esposo Phil (John C. Reilly) quien, siempre acompañado por su mejor amigo Bubba (Tim Blake Nelson), pasa el tiempo sentado frente al televisor, fumando marihuana cuando no está pintando casas. Por eso cuando Justine conoce a Holden (Jake Gyllenhaal), le parece un hombre fascinante, a pesar de que el joven es poco más que un post-adolescente inseguro y obsesionado con la novela "The Catcher in the Rye". Así Justine comienza una tímida relación romántica con el muchacho, con consecuencias que lenta, pero seguramente, tendrán fuertes repercusiones en la vida de todos los que la rodean.

La segura y eficiente dirección de Miguel Arteta complementa perfectamente el inteligente guión de Mike White (que también aplicó su talento para crear emoción en la brillante cinta "Orange County"). Ambos entienden que el drama se puede convertir en comedia, pero no burlándose de sus personajes, sino respetándolos y dándoles personalidades interesantes, cuyas reacciones reflejan el miedo inherente en la tragedia ajena y el alivio de que no somos nosotros quienes pasamos por esas situaciones.

Pero seguramente no será el guión ni la dirección lo que atraiga más público hacia esta cinta, sino la presencia de la famosa actriz Jennifer Aniston, cuyo popular trabajo en televisión ha contrastado fuertemente con sus papeles en cine. Para su beneficio (y de nosotros), ella ha sabido escoger papeles tal vez no muy ambiciosos pero bien escritos, aunque nunca había encontrado uno tan bien estructurado como el de la heroína de "Una Buena Chica". Aniston es una actriz competente, y aunque tal vez no muestre desbordante talento en esta película, sin duda cumple con decoro los requerimientos de la historia. Además, cuando comparte pantalla con actores tan buenos como John C. Reilly, Tim Blake Nelson y Jake Gyllenhaal, es notorio que su desempeño esté a la altura de sus colegas. Finalmente, no puedo olvidar a la Zooey Deschanel, en el papel de una irreverente empleada de la tienda donde trabaja Justine. Esta joven actriz está formando un currículum maravilloso, con papeles pequeños pero muy jugosos en cintas tan variadas como "The New Guy", "Mumford" y "Almost Famous". Espero que pronto encuentre un rol estelar para apreciar mejor su único estilo y presencia.

Si algo podría criticarla a "Una Buena Chica" es que en el terreno visual es poco imaginativa y un poco plana. Entiendo que tal vez sea una decisión estilística, para reflejar la vacía y severa vida de los personajes, pero se hubiera agradecido una actitud un poco más dinámica, sobre todo considerando el pausado (pero no aburrido) ritmo de la historia.

"Una Buena Chica" es, en resumen, una interesante historia bien contada, que aprovecha al máximo sus recursos en su esfuerzo por mostrar una faceta cruda y trágica de la humanidad, pero con una actitud optimista y alentadora. Las emociones que produce son honestas gracias a las buenas actuaciones y, más importante, a la calidad del guión de Mike White. Este es cine independiente en su mejor forma, tal vez demasiado ligero, pero entretenido y lleno de significado. Recomendada con la advertencia de que no hay que esperar grandes risas, sino grandes verdades.

Calificación: 8

Pablo

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