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Despertar del Diablo 2
(
The Hills Have Eyes II)
20th Century Fox, 2007
Estados Unidos, 89 minutos

Dirigida por Martin Weisz
Escrita por Jonathan Craven y Wes Craven
Editada por Sue Blainey y Kirk M. Morri

Elenco:
Michael McMillian ... "Napoleon"
Jessica Stroup ... Amber
Daniella Alonso ... "Missy"
Jacob Vargas ... "Crank"
Flex Alexander ... Sargento Millstone

Imagen © 2007 20th Century Fox

Ciertamente no fue la primera, pero en 1972 la película "The Hills Have Eyes" estableció los parámetros de lo que se convertiría en un cliché en el cine de terror: la lucha entre paseantes extraviados y caníbales mutantes. Suena ridículo, pero decenas de películas han empleado un tema similar. Por eso, cuando en el 2006 llegó el re-make "oficial" (con el inapropiado nombre de "Despertar del Diablo"), el director Alexandre Aja tuvo muchas dificultades para añadir algo novedoso o fresco en su versión. Finalmente creo que no logró hacerlo, pero al menos su talento narrativo y el buen ensamble de actores que empleó lograron que la cinta fuera moderadamente atractiva.

Ahora, apenas un año después, la continuación del re-make encuentra los mismos problemas, pero los resuelve de modo ligeramente más original... aunque falle en todo lo demás.

Al principio de "Despertar del Diablo 2" nos enteramos de que la presencia de caníbales mutantes endógamos en el desierto del sudoeste de los Estados Unidos está siendo monitoreada por la Guardia Nacional, para evitar tragedias como la que vimos en la película anterior. Sin embargo, los humanoides deformes y enloquecidos por la radiación de la zona (consecuencia de las pruebas nucleares de décadas pasadas) continúan su eterna búsqueda de alimento y mujeres fértiles para procrear... y los soldados son tan buenas presas como cualquiera.

Por eso, cuando llega un grupo de cadetes en una misión de reabastecimiento a un emplazamiento militar en el desierto, sólo encuentran rastros de un ataque caníbal, y rápidamente se ven atacados por las violentas criaturas. Pero gracias a las poderosas armas que portan y a su entrenamiento militar, quizás tengan mejores posibilidades de escapar con vida... si logran ponerse de acuerdo y aprender a trabajar en equipo.

La mera transformación de los protagonistas en cadetes de la Guardia Nacional contribuye sustancialmente a darle a la película un tono distinto; y el darles armas subraya la inteligencia y aptitud de los monstruos, que aún así logran reducir considerablemente al pelotón. Adicionalmente, el contenido de violencia y brutalidad se ha incrementado, con los excelentes efectos del estudio KNB de nuevo rebosantes de sangre, vísceras y perturbadores maquillajes. Claro, eso no logra por sí mismo que la película sea buena, pero al menos dejará satisfechos a quienes disfruten de esos excesivos espectáculos.

Se ha comentado sobre una escena particularmente sádica que puede resultar molesta para algunas personas. Entiendo que puede tener connotaciones perturbadoras y de mal gusto, pero en el contexto de la película es claramente un esfuerzo desesperado del director por superar las atrocidades mostradas en películas como "Hostel", "Turistas" y, claro, la primera "Despertar del Diablo". En otras palabras, es difícil de tomar en serio cuando su intención es obviamente escandalizar.

Siguiendo con el lado negativo tenemos al elenco entero, compuesto por actores blandos y genéricos, sin personalidades que lleguen más allá del estereotipo que representan (el rudo, el torpe, el pacifista, la chica guapa, etc.) El director Martin Weisz tiene obvia aptitud para coreografiar escenas violentas, pero no se molesta en darles credibilidad a sus personajes. Después de todo, son simples víctimas potenciales de los mutantes, y nada más. ¿Para qué preocuparse por darles más humanidad?

El rápido ritmo de "Despertar del Diablo 2" y las imaginativas escenas de sangre y violencia me mantuvieron entretenido durante la escasa hora y media que ocupa la débil trama, pero no por ello puedo decir que la cinta haya sido buena. El inepto elenco y la superficial historia serán rápidamente olvidadas por el espectador, pero supongo que puedo recomendarla marginalmente para indulgentes fanáticos del terror que (como yo) se conformen con poco para salir moderadamente satisfechos. Además, en vista del bizarro final de la película, queda la esperanza de que la siguiente secuela (si es que el éxito económico de ésta lo respalda) sea tan profundamente ridícula que podría ser un nuevo clásico de humorismo involuntario. Sugiero a Uwe Boll como director.

Calificación: 6

Pablo del Moral

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