Dirigida por Allen Coulter
Escrita por Paul Bernbaum
Editada por Michael Berenbaum
Elenco:
Adrien Brody .... Louis Simo
Diane Lane .... Toni Mannix
Ben Affleck .... George Reeves
Bob Hoskins .... Eddie Mannix
Lois Smith .... Helen Bessolo
Robin Tunney .... Leonore Lemmon
Larry Cedar .... Chester
La muerte inesperada de cualquier figura pública invariablemente enciende el entusiasmo de aficionados a las conspiraciones, que nunca dejan (dejamos) de ver motivos misteriosos donde quizás sólo hay coincidencia. A veces el paso del tiempo confirma ciertas conspiraciones; en otros casos las desmiente. Pero, a fin de cuentas, es un interesante ejercicio que nos enseña, una y otra vez, que las cosas rara vez son como las vemos.
La misteriosa muerte del actor George Reeves (el Superman de la antigua serie televisiva) en 1959 es un misterio menor en los anales de Hollywood, pero la película "Hollywoodland" busca arrojar nueva luz en los hechos (reales o imaginados), ofreciendo algunas explicaciones sobre su sorpresivo fallecimiento.
La cinta nos muestra paralelamente los últimos años en la vida de George Reeves (Ben Affleck) y la investigación posterior a su muerte que emprende el moderadamente corrupto detective Louis Simo (Adrien Brody), contratado por la madre de Reeves cuando ciertos aspectos del supuesto "suicidio" de su hijo le parecen demasiado sospechosos.
Entonces, por un lado vemos el renuente ascenso de Reeves como actor en un papel que nunca quiso; y por otro lado vemos la investigación de Simo, quien descubre ciertas relaciones que hacen cada vez más plausible la sospecha de homicidio... al mismo tiempo que visitamos ocasionalmente la disfuncional relación del detective con su familia.
"Hollywoodland" no busca ser propiamente una biografía de George Reeves, pero realiza una fantástica labor recreando ese período de la historia, tanto en la dirección de arte como en las actuaciones mismas. Sin embargo, no hay que esperar una rigurosa lección de historia, sino una idealizada interpretación que complementa perfectamente la percepción de aquella época y sirve como marco para rendir tributo a un actor simultáneamente popular y desconocido.
Por las bizarras leyes de derechos de autor, la editorial DC Comics (donde se publican los títulos de Superman) prohibió inicialmente el uso del personaje y la famosa insignia de la "S". Sin embargo eventualmente permitieron su uso, aunque sospecho que el guión sufrió ciertas modificaciones que impidieron profundizar en los más sórdidos aspectos del caso. Quizás fue una decisión válida, pero representa una de las fallas principales de "Hollywoodland": la superficialidad con la que trata los eventos y la ambigüedad de su resolución.
Otro problema es el elenco principal. Ben Affleck realiza una labor adecuada en el papel de George Reeves (de hecho, es una de las actuaciones más tolerables que le he visto), pero no logra imprimir el peso dramático ni la profundidad emocional que la cinta requiere. El bien escrito guión cubre un poco estas fallas, pero creo que el uso de un actor más diestro hubiera dado mejores resultados.
Adrien Brody, por el contrario, es un excelente actor, pero tampoco encaja totalmente en su papel. En vista de que la película se empeña en adoptar la ideología y actitudes de los cincuentas, quizás debió explotar también los conocidos clichés, y usar un actor más taimado y agresivo en ese papel (tal vez emulando a James Cagney o Edward G. Robinson).
Pero, como ocurre frecuentemente, es el elenco secundario lo que da vida a la rutinaria investigación. Diane Lane, Bob Hoskins, Molly Parker y Caroline Dhavernas ofrecen interpretaciones de variable duración, pero definitivo impacto. Hasta Robin Tunney, a quien yo ignoraba desde sus ridículas participaciones en "Supernova" y "End of Days" muestra férrea convicción y realismo en su papel de prometida de Reeves.
A fin de cuentas, "Hollywoodland" no ofrece respuestas concretas, sino especulación sobre la muerte de George Reeves. Sin embargo, es posible que su intención no haya sido resolver el misterio, sino simplemente lograr que el moderno público vea con nuevos ojos a un icónico actor, dándole quizás el póstumo respeto que su más popular papel nunca le dio en vida. Y por redimir a uno de los actores que moldearon mi niñez, creo que merece una sincera recomendación.
Calificación: 8