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Hasta el momento me han gustado bastante las películas de Quentin Tarantino, aunque no soy rabioso aficionado a su obra. Sin embargo, debo admitir que siento gran respeto por este director, particularmente porque ha aprovechado su fama para impulsar el cine de culto, poniéndolo al alcance de la gente gracias a su distribuidora fílmica "Rolling Thunder" y a su incansable labor promocionando cintas de gran valor artístico o histórico, que han sido ignoradas por el público y la crítica en general.

Desde luego, un segmento significativo de esa obra ignorada corresponde al cine de artes marciales hecho en Japón y Hong Kong, cuya influencia actual en el cine de acción se debe en gran parte a los esfuerzos de Tarantino. Y como culminación a esta labor, ahora el director nos ofrece su versión de ese género que tanto admira, tomando prestados sus elementos temáticos y estilísticos, y condensándolos en una delirante película que sin duda dividirá a las audiencias, pero que definitivamente es admirable por su estética visual y su agresivo estilo.

La trama de "Kill Bill" es ridículamente simple: La Novia (Uma Thurman), también conocida como Black Mamba, es parte de un grupo de asesinos profesionales, controlados por el enigmático Bill (David Carradine). Cuando ella decide abandonar al grupo para casarse y dedicarse a su familia, sus ex-compañeros tratan de aniquilarla, y la dan por muerta. Pero luego de estar un largo tiempo en coma, La Novia despierta y procede a cobrar violenta y sanguinaria venganza a cada uno de los que conspiraron en su contra.

Y si la trama parece simple, las caracterizaciones son aún más débiles... los personajes no tienen gran profundidad, y se limitan a ser arquetipos cuyas motivaciones son básicas y predecibles. Esto es tan distinto a las complejas tramas y personajes que habitan las otras películas de Tarantino que muchas personas encontrarán imposible compenetrarse con una cinta aparentemente vacía y carente de fondo. No puedo negar que eso fue lo que más me molestó de "Kill Bill", pero aún a pesar de ello disfruté mucho de la película gracias al derroche de estilo y belleza visual con los que el director adorna su hueca trama. Por lo general no me gustan las películas que ponen la forma por encima del fondo (como, por ejemplo, "The Cell", "Pearl Harbor" o "Resident Evil"), pero debo admitir que en esta ocasión Tarantino logró engañarme. Y me dió gusto que así fuera.

Es inútil hablar de actuaciones o sutilezas del guión en una cinta así. Entonces, sólo queda vaciar elogios e hipérbole sobre la dirección, la cinematografía y la musicalización de las múltiples escenas de acción. Tarantino, quien siempre ha aceptado tomar "prestados" elementos de otras películas en la realización de sus obras, crea una mezcolanza de música, escenas y detalles que, mágicamente, se convierten en un todo original, que no se parece a ninguna otra cosa vista en el pantalla (¿que tal va esa hipérbole?). En particular la música merece especial mención, ya que texturiza maravillosamente las escenas. Y aún si parece extraño dar un sabor del viejo oeste a una escena de artes marciales orientales, el resultado es perfecto, y no sólo complementa la acción, sino que la eleva a niveles artísticos insospechados. Sólo queda admitir que, aunque estemos comiendo sobras, el plato está preparado con tal maestría que no queda más que disfrutarlo como si fuera recién hecho.

Hace un momento mencioné que la falta de profundidad en los personajes y la historia fue lo que más me molestó de la obra... pero no fué lo único. Entre los puntos malos de "Kill Bill" puedo señalar también que la coreografía de las artes marciales no siempre es muy buena. Al igual que ha ocurrido en otras películas norteamericanas en las que el Maestro Yuen Wo-Ping ha supervisado las artes marciales (como en "The Matrix"), en "Kill Bill" se puede notar que los actores están arduamente recordando los "pasos" especificados por el Maestro. El resultado es que la coreografía es demasiado rítmica y estudiada. Casi podemos oír a los actores diciendo "un, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, y un, dos, tres...". Me siento mal señalando esto, pues el elenco ha realizado un esfuerzo real y evidente, mientras que yo tengo dificultades para incorporarme de un sillón... sin embargo, como aficionado al cine de artes marciales, este punto es notorio y en cierto modo rompe un poco con la magia que el resto de la película genera.

Y hablando de "magia", pasemos a otro de los factores irritantes de "Kill Bill"... el hecho de que estamos viendo el Volumen Uno, y no la película completa. El estudio Miramax, supuestamente temeroso de lanzar una película de tres horas de duración, decidió partirla en dos partes, a estrenarse con pocos meses de diferencia. "The Matrix" hizo eso. "The Lord of the Rings" también. La gran diferencia es que esas películas funcionan como capítulos individuales, mientras que la primera parte de "Kill Bill" termina bruscamente, rompiendo el ritmo de la historia y desbalanceando el flujo narrativo, por débil que sea. Esta decisión, principalmente motivada por la ambición monetaria, representa un insulto para el público, y disminuye la credibilidad del estudio como creador de "arte".

Sin embargo, estas quejas funcionan sólo en retrospectiva, pues mientras estemos hipnotizados por el kaleidoscopio de estilos, música y formas que Tarantino nos regala, nada importa excepto el vigor y exuberancia de la película. Todo exceso es disculpado, y toda carencia pasada por alto. Vamos, la mera secuencia hecha al estilo de la animación japonesa es razón suficiente para ver la película, y eso es sólo un fragmento de lo bueno que "Kill BIll" ofrece.

Pasaron seis años desde "Jackie Brown", pero valió la pena la espera, pues "Kill BIll", a pesar de ser menos profunda que las películas en las que se inspira (lo cual ya es decir mucho), compensa con su maravillosa estética, y es la excepción que confirma la regla que dicta que el estilo nunca deberá tomar precedencia sobre la forma. Excepto cuando se sabe lo que se está haciendo.

Calificación: 9

Pablo

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Kill Bill - La Venganza
(Kill Bill, Vol. 1)


Imagen © 2003 Miramax Films

Miramax Films, 2003
111 minutos

Dirigida por Quentin Tarantino
Escrita por Quentin Tarantino y Uma Thurman
Editada por Sally Menke

Elenco:
Uma Thurman .... Black Mamba
David Carradine .... Bill
Lucy Liu .... O-Ren Ishii
Daryl Hannah .... Elle Driver
Vivica A. Fox .... Vernita Green
Michael Madsen .... Budd
Michael Parks .... Earl McGraw
Sonny Chiba .... Hattori Hanzo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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