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Por mucho que quisiera escribir sofisticadamente sobre esta película (si es que pudiera) o aunque tratara de explicar metódica y lógicamente por qué me gustó, no lograría hacerlo.

La verdad es que por lo general no soporto este tipo de historias: falsas, deshonestas y artificialmente sentimentaloides, cuyo único propósito es conmover haciendo uso de bajas artimañas emocionales en vez de retratar emotiva y honestamente la condición humana.

No lo puedo explicar. Tal vez porque, por más cinismo que quiera aplicar, es evidente que el director Frank Darabont es total y desvergonzadamente abierto respecto a su amor por el cine y por las libertades que como pensador le confiere ese medio.

Pero veamos la historia de cerca: Peter Appleton es un escritor en el Hollywood de los cincuentas; su carrera va en ascenso y en más de una ocasión ha tenido que tragarse la "visión" de los productores para no perjudicar su futuro. Pero un día recibe la noticia de que ha sido señalado como posible comunista, lo que en esa época parecía ser el deporte nacional, con una frenética cacería de brujas que pretendía encontrar conspiraciones y siniestras intenciones detrás de todo. Desde luego, Hollywood era particularmente susceptible de este tipo de acusaciones, por su obvia capacidad para crear propaganda e insidiosamente modificar la opinión pública. Cuando Appleton se entera de que sus supuestas afiliaciones comunistas podrían provocar su despido decide emborracharse, y consecuentemente tiene un accidente que lo deja inconsciente en un río. La corriente lo lleva hasta un pequeño y pintoresco pueblo, donde Appleton, con amnesia, es confundido con el hijo de un habitante de la localidad. Así comienza una especie de doble vida, sin saberlo, en la que su inherente buena voluntad ayuda al pueblo a recuperar la alegría que la guerra le había arrebatado.

Algunos críticos han mencionado que Darabont trató de hacer una película que igualara en tono e intención de las clásicas obras de Frank Capra, como "It's a Wonderful Life" y "Mr. Smith Goes to Washington" (de hecho, el final de "El Majestic" es prácticamente igual al de ésta última); tal vez ese fue su propósito. En ese caso debo admirar el valor del cineasta al realizar una cinta que exige a su público un nivel de ingenuidad e inocencia inusitado, sobre todo en un entorno como el actual, donde el cinismo ha dejado de ser una afectación para convertirse en una herramienta necesaria para la supervivencia.

Supongo que así como a mí me gustó "El Majestic" contra todo sentido común, habrá muchos que la odien por el simple modo en que pretende ver la vida. Por mi parte, y para avergonzarme por completo, debo decir que me entretuvo enormemente. Y tanto para fanáticos como para detractores de Jim Carrey debo decir que en "El Majestic" el actor tiene su primera gran actuación dramática. En "El Show de Truman" no me convenció mucho; en "Man on the Moon" se identificó totalmente con el finado (?) Andy Kaufman... pero en esta cinta vemos al actor libre de trabas mostrándose a la altura de un difícil papel. Gran desempeño, desde luego ignorado por la supuesta "Academia". Recomendable para quien aún quiera verla luego de leer este rollo.

Calificación: 8

Pablo

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El Majestic
(The Majestic)


Imagen © 2001 Castle Rock Ent.

Castle Rock Entertainment, 2001
152 minutos

Dirigida por Frank Darabont
Escrita por Michael Sloane

Elenco:
Jim Carrey .... Peter Appleton
Martin Landau .... Harry Trimble
Laurie Holden .... Adele Stanton
Allen Garfield .... Leo Kubelsky
Amanda Detmer .... Sandra Sinclair
Bob Balaban .... Elvin Clyde
Brent Briscoe .... Cecil Coleman
Jeffrey DeMunn .... Ernie Cole
Hal Holbrook .... Juez Doyle
Ron Rifkin .... Kevin Bannerman
David Ogden Stiers .... Doc Stanton

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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