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Es difícil escribir sobre películas basadas en novelas o cuentos cortos cuando previamente se ha leído el libro. Creo que hay tres principales factores que crean la dificultad: el primero es, naturalmente, la expectativa del lector y la imagen mental que se había hecho sobre los personajes, eventos y lugares narrados en la novela; el segundo, más delicado, incluye la información sobre la trama que los cineastas necesariamente tienen que omitir para reducir la duración de la película a niveles "comercialmente aceptables"; y el tercero, relacionado con el segundo, es la voz misma del escritor... el modo en que cuenta la historia, la estructura narrativa que escoge y la familiaridad que en el lector despierta su función de narrador omnisciente; éste último es el elemento de un libro que más difícil es traducir al cine, y la razón por la que tantas adaptaciones a cine de novelas exitosas fallan tan estruendosamente.

En el caso de "Harry Potter y la Piedra Filosofal" estos factores se multiplican por la inusitada popularidad de los libros escritos por Joanna K. Rowling; el director Chris Columbus y Steve Kloves, su guionista, se vieron ante la difícil tarea de respetar lo más posible el hilo narrativo escrito, al mismo tiempo que buscaban hacer la película lo suficientemente accesible para quienes desconocen la mitología de la serie de novelas; si bien un libro exitoso puede vender millones de copias, nunca se comparará con la penetración e impacto del cine.

Lo que quiero decir con este rollo de cosas obvias es que ignoro qué tan accesible será la cinta para personas que no hayan leído el libro. A pesar de sus dos horas y media de duración, el ritmo de la cinta es muy irregular. Hay partes que casi vuelan, tratando de comprimir muchos eventos en poco tiempo, mientras que otras partes se sienten lentísimas, casi deteniendo el flujo de la acción. La trama, por si no se sabe, narra el primer encuentro de Harry Potter con la magia; resulta que cuando era apenas un bebé, los padres de Harry fallecieron, con lo que acabó siendo criado por sus repulsivos tíos. Cuando cumple once años se entera de su legado: Harry es hijo de poderosos brujos, y como tal tiene derecho a inscribirse en la academia Hogwarts, donde recibirá entrenamiento para desarrollar y controlar sus latentes poderes. En la academia conoce a Ron Weasley y a Hermione Granger, de quienes se hace gran amigo, y con quienes se embarca para resolver un misterio que se esconde en los lúgubres pasadizos del colegio y que preocupa a los profesores de la venerada institución.

A favor de la cinta diré que tiene muchos elementos notables; los que hayan leído el libro encontrarán una perfecta interpretación de lo descrito en la novela; los lugares, personajes y eventos están directamente sacados de lo escrito por Rowling; esta es una de las más fieles adaptaciones de un libro a cine. Otro punto a favor son las actuaciones. Los tres niños protagonistas son suficientemente buenos; Emma Watson como Hermione Granger sufre un poco de sobreactuación y poca sutileza, tal vez como resultado de excesivas clases de actuación o presión del director, pero no afecta mucho, pues su presencia es simpática y su personaje está bien dibujado, aunque no participe mucho en la trama. Los actores adultos son un placer: Maggie Smith como la Prof. McGonagall, el excéntrico Richard Harris como el igualmente excéntrico Director Albus Dumbledore, el gran Alan Rickman como el Prof. Snape y resaltando Robbie Coltrane como el intendente Hagrid. Todos ellos son sólido respaldo de los niños y cumplen maravillosamente con su función.

Los efectos especiales son algo irregulares. Las ambientaciones son por lo general muy buenas, pero ciertas secuencias (como un centauro, piadosamente mantenido en casi sombra total, o el partido de Quidditch) muestran a leguas su origen digital. Pero la imaginación del diseño de producción, magníficamente realizado por Stuart Craig, una y otra vez compensa cualquier falla en ejecución.

Ese diseño de producción y las atractivas actuaciones ayudan mucho a disculpar los tropiezos narrativos o visuales de la cinta. En resumen puedo decir que "Harry Potter y la Piedra Filosofal" es una muy entretenida cinta de fantasía, enfocada a los niños, pero con suficiente espíritu para satisfacer a los padres. Y aunque puede dejar algo perplejos a los que no han leído el libro, creo que lo que aparece en la pantalla tiene suficiente valor por sí mismo como para divertir incluso al público casual. Recomendada como buen inicio de una probable serie... será interesante ver si en las secuelas (que de hecho ya se están filmando) utilizan a los mismos niños actores para aprovechar su crecimiento natural, tal como ocurre en las novelas.

Calificación: 8

Pablo

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Harry Potter y la Piedra Filosofal
(Harry Potter and the Philosopher's Stone)


Imagen © 2001 Warner Bros.

Warner Bros., 2001
152 minutos

Dirigida por Chris Columbus
Escrita por Steve Kloves, basado en la novela de Joanna K. Rowling
Editada por Richard Francis-Bruce

Elenco:
Daniel Radcliffe .... Harry Potter
Rupert Grint .... Ronald Weasley
Emma Watson .... Hermione Granger
Robbie Coltrane .... Rubeus Hagrid
Richard Harris .... Albus Dumbledore
Alan Rickman .... Severus Snape
Maggie Smith .... Minerva McGonagall
Tom Felton .... Draco Malfoy

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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