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Philip Kaufman, el director de "Letras Prohibidas", es uno de esos directores (como Oliver Stone o Paul Thomas Anderson) cuyas películas parecen estar hechas con tal entusiasmo que derraman exhuberancia, celebrando su grandiosidad sin apenarse por falta de sutileza. Pero Kaufman no sólo busca exhuberancia visual o narrativa sino que se sumerge en temas considerablemente densos, en los que explora, directa o metafóricamente, los impulsos físicos o emocionales que nos hacen humanos.

Sus anteriores películas, como la versión de 1978 de "Invasion of the Body Snatchers" o "The Right Stuff", aunque de tema dispar con "Henry and June" y "The Unbearable Lightness of Being", en realidad exploran los mismos componentes de la experiencia humana que, según la visión de Kaufman, conspiran para regresarnos a un estado emocional animal, negando la razón y abrazando los instintos y comportamientos que el raciocinio lucha por vencer.

"Letras Prohibidas" toma estos temas y los adapta al eterno análisis del impulso creativo. Para esto, nos presenta una visión semi-histórica de los últimos años de la vida de uno de los escritores a la vez más repudiados y glamorizados de la historia: el Marqués de Sade. En la película, el Marqués es un aparente caballero, sumamente hábil en el uso del idioma para manipular a quienes le rodean. Pero su mente ha sido considerada lo suficientemente perversa como para encerrarlo en un manicomio (y no una cárcel, gracias a la influencia de su esposa). Aún así confinado, el Marqués se las arregla para nublar la mente de una atractiva lavandera del manicomio y del Abad que tiene a su cuidado el correcto funcionamiento del sanatorio. Con la complicidad de la muchacha, y en contra de lo dictado por Napoleón, De Sade continúa con la publicación de sus inmorales libros, por lo que a un afamado (y cruel) psiquiatra se le asigna la tarea de prácticamente apoderarse del asilo, para mantener a raya al manipulativo escritor y al humanitario Abad que no ha sabido controlarlo.

Es así como la interacción de estos personajes (y sus ideologías) conduce el consabido análisis y contraste entre arte y obscenidad, ciencia y religión y la inherente hipocresía que la sociedad sufre en nombre de la moralidad. La película, desde luego, tiende a ponerse del lado del artista, mostrando como hipócritas a los que lo tratan de censurar... mal o bien intencionados, pero finalmente falsos en su comportamiento.

Se ha hablado mucho de las actuaciones en "Letras Prohibidas", y ciertamente son magníficas: Geoffrey Rush encuentra el balance justo entre caballerosidad y perversidad para entregar un Marqués de Sade íntegro, orgulloso de su arte, y dolorosamente humano cuando las circunstancias lo demandan. Rush siempre busca la grandilocuencia, y no teme exagerar su actuación para transmitir las emociones del personaje. Es algo así como un William Shatner, pero con mejor control de su oficio. Joaquin Phoenix es particularmente bueno como el Abad del manicomio, eternamente optimista, pero tentado por los convincentes argumentos del Marqués. Junto con sus otras (y muy distintas) actuaciones en "U-Turn", "8 MM" y "Gladiador", Phoenix ha mostrado tremanda versatilidad y talento. Ojalá siga escogiendo papeles de calidad. Kate Winslet es también muy convincente como la humilde lavandera que al hacer amistad con el Marqués y el Abad logra ver que, bajo sus diferentes puntos de vista, ambos son finalmente hombres. Sin embargo, mi actuación favorita es la del veterano Michael Caine, como el arrogante y cruel "alienista" (me encanta esa palabra), una especie de mezcla entre psiquiatra e inquisidor, cuya rigurosa metodología pretende doblegar tanto al Marqués como al Abad. Caine tiene el innato talento de adaptar su presencia al material con el que trabaja. Esta es sin duda su mejor actuación desde "Blood and Wine", de 1997, donde dejó muy atrás a Jack Nicholson.

Pero a pesar de que las actuaciones son excelentes, la mejor parte de la cinta es el guión (escrito por Doug Wright, basado en su obra teatral); tal vez la trama misma no sea muy original; incluso en ocasiones peca de predecible... pero los diálogos son realmente brillantes: las palabras no sólo expresan con gran agudeza las ideas de los personajes, sino que se convierten casi en poesía. Cada parlamento está elegantemente construido y en su conjunto denotan tal cuidado y precisión que es un placer escucharlos.

"Letras Prohibidas" es una gran película que derrocha talento al frente y detrás de las cámaras, y logra ser emotiva sin caer en sentimentalismos baratos. No es la mejor obra de Kaufman, y tal vez sea su cinta más ligera, pero aún así es un gran logro y un cambio muy apreciado luego de las típicas cintas "de época" llenas de cursilería. Muy recomendable.

Calificación: 9

Pablo

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Letras Prohibidas
(Quills)

Imagen propiedad de Fox Searchlight Pictures.

Fox Searchlight Pictures
2000
123 minutos

Dirigida por Philip Kaufman
Escrita por Doug Wright, basada en su obra teatral

Elenco:
Geoffrey Rush .... El Marqués de Sade
Kate Winslet .... Madeleine
Joaquin Phoenix .... Abad Coulmier
Michael Caine .... Dr. Royer-Collard
Billie Whitelaw .... Madame LeClerc
Amelia Warner .... Simone
Stephen Moyer .... Prouix