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Siempre me ha gustado el cine australiano. En él he encontrado una cualidad indescriptible que lo separa del cine europeo, asiático y, desde luego, del norteamericano. Parece que la fusión de culturas ha producido en nuestros vecinos australes una estética distinta, vagamente subversiva, que sin importar el género altera ligeramente la percepción que tenemos de la obra.

"La Cerca de la Libertad" es muestra patente de esto, aunque no es de ninguna manera el único factor que la hace interesante y digna de ver.

La historia gira alrededor de tres niñas mestizas (producto de un padre blanco y madre aborigen), quienes en la década de los treintas fueron víctimas de una horrible ley australiana: para preservar la raza blanca y evitar su dilución con la sangre nativa, el gobierno australiano rutinariamente arrebataba a los niños mestizos de sus familias aborígenes, trasladándolos a "internados" para su reeducación bajo la cultura y la religión del hombre blanco. Pero cuando las niñas Molly (Everlyn Sampi), Daisy (Tianna Sansbury) y Gracie (Laura Monaghan) son forzadas a abandonar a su familia para internarse en el hospicio-escuela, deciden fugarse y emprender el viaje de casi dos mil kilómetros hasta su hogar. Pero no será tan fácil, pues muchos intereses políticos están interesados en su pronta captura.

"La Cerca de la Libertad" funciona en muchos niveles. Por un lado es un fascinante relato de la tenacidad del espíritu humano; por otro, es una sobria denuncia de una política gubernamental dañina y escandalosa.

El director Phillip Noyce (quien entre esta cinta y "The Quiet American" ha demostrado que no sólo puede hacer cine de acción) realiza un estupendo trabajo con sus actrices y actores. Las niñas, sin previo entrenamiento histriónico, resultan brillantes, completamente creíbles y a la vez tenaces y vulnerables. El único actor "conocido" es Kenneth Branagh como el Sr. Neville (también conocido por un apodo trágicamente apropiado), intendente de asuntos aborígenes y principal figura en esa atroz práctica. Pero para crédito de Noyce y Branagh, el Sr. Neville no está pintado necesariamente como el villano. Sus intenciones parecen honorables, y si su actitud nos parece monstruosa es sólo porque sigue fervientemente los parámetros sociales y culturales prevalecientes en la época, y no porque sea inherentemente perverso.

Esta película es una de esas raras obras en la que las emociones son tremendamente intensas, pero sin caer en el sentimentalismo fácil, tan socorrido en Hollywood. Los personajes son inteligentes, y su turbulencia interna se expresa sutilmente, sin necesidad de exabruptos o exagerados aspavientos.

Tal vez esa es la cualidad común en las películas australianas. Las emociones son reales por su muda presencia, y no por su vulgar demostración. El resultado es que "La Cerca de la Libertad" es una devastadora experiencia para el espectador, no sólo por las penurias de las protagonistas, sino porque resuena en un nivel más profundo, que todos los seres humanos compartimos y que nos hace iguales por dentro, sin importar nuestra raza o color. Recomiendo fervientemente esta película, y ojalá consiga exhibición comercial que vaya más allá de pequeñas salas de arte y festivales locales, porque ciertamente lo merece.

Calificación: 10

Pablo

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La Cerca de la Libertad
(Rabbit-Proof Fence)


Imagen © 2002 Australian Film Commission

Australian Film Commission, 2002
94 minutos

Dirigida por Phillip Noyce
Escrita por Christine Olsen, basada en el libro de Doris Pilkington
Editada por Veronika Jenet y John Scott

Elenco:
Everlyn Sampi .... Molly
Tianna Sansbury .... Daisy
Laura Monaghan .... Gracie
David Gulpilil .... Moodoo
Ningali Lawford .... Madre
Myarn Lawford .... Abuela
Kenneth Branagh .... Sr. Neville
Natasha Wanganeen .... Nina

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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