Media 8, 2006
Alemania/Estados Unidos
122 minutos
Dirigida y escrita por Wayne Kramer
Editada por Arthur Coburn
Elenco:
Paul Walker .... Joey Gazelle
Cameron Bright .... Oleg Yugorsky
Vera Farmiga .... Teresa Gazelle
Karel Roden .... Anzor Yugorsky
Johnny Messner .... Tommy Perello
Ivana Milicevic .... Mila Yugorsky
Chazz Palminteri .... Detective Rydell
Hace un par de años disfruté enormemente de la película "The Cooler", semi-debut del cineasta sudafricano Wayne Kramer. Y aunque "El Día del Crimen" es totalmente distinta a aquel sobrio y emotivo drama personal, muestra igual pericia en la dirección, estilo visual y selección de elenco. Con una excepción.
"El Día del Crimen" comienza con un violentísimo enfrentamiento entre mafiosos narcotraficantes y policías corruptos en la ciudad de Nueva York, resultando en abundantes muertes y sangre. Entones conocemos a Joey Gazelle (Paul Walker), criminal de poca monta que tiene a su cargo el "desaparecer" armas implicadas en la balacera. El problema es que Joey las oculta en el sótano de su casa, donde su hijo juega con Oleg (Cameron Bright), un niño ruso cuyo padre es extremadamente abusivo. Así, con hambre de venganza, Oleg roba una de las armas y regresa a su casa, donde le dispara a su padre, iniciando una cadena de eventos que pondrán en peligro la vida de Joey y la de su familia... por no mencionar a los más importantes capos de la mafia italiana y rusa.
Aunque el guión de "El Día del Crimen" tiene bruscos giros y sospechosas coincidencias, su estructura e integridad dramática es perfecta. No hay duda que sus continuas exageraciones bordean en el absurdo, pero la increíble energía de la película y su frenético ritmo logran que la audiencia se vea arrastrada por la narrativa, eludiendo (al menos temporalmente) los múltiples agujeros lógicos que hay que evadir para llegar al satisfactorio final.
Wayne Kramer ha creado en "El Día del Crimen" un mundo altamente estilizado y artificial, poblado de villanos estereotípicos y predecibles, pero con tales dosis de humor que se vuelve obvia su intención de parodiar el género de acción, sin descuidar la integridad de la historia. Además, su estilo visual (mucho más desarrollado que en "The Cooler", aunque siguiendo las mismas tendencias plásticas) es simplemente brillante, complementando perfectamente el alucinante mundo de anti-héroes y supervillanos que corren por los torcidos caminos de esta historia.
Aunque algunos actores enfrentan sus delirantes papeles con cierta dificultad, en general realizan un trabajo adecuado. En los mejores casos (como Chazz Palminteri), se integran fluidamente en la feroz narrativa; en los peores (como la ex-modelo Ivana Milicevic) se sienten fuera de lugar, pero no lo suficiente para arruinar la película. Merece mención especial el niño Cameron Bright, quien ha demostrado gran talento en muchas películas, siempre y cuando el material lo respalde.
La única excepción (que mencioné previamente) es Paul Walker. En cintas como "2 Fast 2 Furious", "Into the Blue" y "Timeline" ha demostrado que su talento no va más allá de ser un galán atractivo para las chicas. En "El Día del Crimen" su desempeño es ligeramente mejor, pero no tanto por el pseudo-talento de este intérprete, sino porque el ritmo es tan rápido y las situaciones tan extremas que Walker apenas tiene tiempo de reaccionar y adaptarse antes de que llegue el siguiente impredecible giro de la trama. Sin embargo, su hueca presencia definitivamente afecta la película, y sólo puedo imaginar cómo se hubiera incrementado su calidad con un actor realmente capaz de expresar emoción y personalidad.
Todas esas menciones de "frenético ritmo" y "estilo visual" pueden sugerir que "El Día del Crimen" imita el cine de Michael Bay o Tony Scott. Nada más distinto. Quizás Wayne Kramer emplea las mismas herramientas, pero la inteligencia y exuberancia que desborda esta película dejan muy atrás el rígido y predecible cine de acción contemporáneo.
Es ciertamente violenta, exagerada y hasta absurda, pero "El Día del Crimen" presenta una interpretación del cine de acción que rara vez podemos ver: innovadora en su forma, inteligente en su fondo y extraordinariamente entretenida. La puedo recomendar con entusiasmo tanto para fanáticos del género como para aquellos que lo desprecian por su habitual simpleza. Y ahora que Wayne Kramer ha realizado un trabajo tan notable en cintas de tono muy distinto, será doblemente interesante ver cómo continúa su carrera... y qué nuevas perspectivas ofrece para otros géneros.
Calificación: 9