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Tideland
(
Tideland)
Capri Films, 2005
Canada/Reino Unido
122 minutos

Dirigida por Terry Gilliam
Escrita por Terry Gilliam y Tony Grisoni, basados en el libro de Mitch Cullin
Editada por Lesley Walker

Elenco:
Jodelle Ferland ... Jeliza-Rose
Janet McTeer ... Dell
Brendan Fletcher ... Dickens
Jennifer Tilly ... Queen Gunhilda
Jeff Bridges ... Noah
Dylan Taylor ... Patrick

Imagen © 2005 Capri Films

Una muy socorrida fórmula en el arte narrativo es la de visitar el mundo imaginario de un niño o niña, en el que se encuentran manifestaciones distorsionadas o metafóricas de ciertos aspectos de su vida "real" que les ayudan a madurar. Así, desde "Alicia en el País de las Maravillas" y "El Mago de Oz" hasta "Labyrinth", "El Laberinto del Fauno" y la reciente "MirrorMask" hemos visto muy diversas visiones de esta añeja historia... pero nunca tan perturbadoras o torcidas como la que el iconoclasta director Terry Gilliam ofrece en "Tideland".

Esta película estuvo "enlatada" más de un año y con razón; mientras Gilliam resolvía los problemas creativos y financieros de la fallida "The Brothers Grimm", aprovechó el tiempo para filmar "Tideland" virtualmente libre de las influencias ajenas, económicas y creativas que muchas veces pervirtieron su obra. El resultado es el más puro estilo Gilliam... lo cual no es necesariamente bueno.

La cinta sigue a la pequeña Jeliza-Rose (Jodelle Ferland), una avispada niña que vive con sus disfuncionales padres en un inmundo departamento hasta que su madre Gunhilda muere de una sobredosis. Entonces, para evitar preguntas indiscretas, su padre Noah (Jeff Bridges) decide escapar, y se lleva a Jeliza-Rose a la granja de su abuela, en un vasto pastizal del sur de los Estados Unidos. Ahí la niña enfrenta situaciones crueles, trágicas y humorísticas con ayuda de sus amigas imaginarias y de sus bizarros vecinos Dell (Janet McTeer) y Dickens (Brendan Fletcher), quienes tienen especial talento para la taxidermia...

Tengo opiniones muy divergentes sobre "Tideland". Por un lado, disfruto mucho el demencial y pesadillesco estilo que el director Terry Gilliam ha aplicado a sus más personales películas (como "Fear and Loathing in Las Vegas" y "The Adventures of Baron Munchausen"). Pero, por otro lado, también aprecio una cierta disciplina narrativa que permita al espectador incorporarse a la historia, ya sea por sus personajes o situaciones, o al menos porque tenga algo que decir.

Sobra decir que "Tideland" derrocha el mencionado estilo de Gilliam, pero al mismo tiempo carece dolorosamente de esa disciplina narrativa que podría haber hecho más asimilable la bizarra historia. El resultado es una película fascinante por su tono y atmósfera, pero insatisfactoria por su lenta y arbitraria trama. Sin embargo, por cada tropiezo que encontramos, hay un destello de brillante anarquía o exultante imaginación que energiza al espectador (al menos en mi caso) y le da fuerza para aguantar el pesado camino hasta el siguiente atisbo de genialidad.

Creo que la suma final variará mucho según cada espectador, pero en mi caso el balance entre fallas y aciertos cae del lado positivo. Por ejemplo, Brendan Fletcher se muestra demasiado forzado en su interpretación de un hombre con facultades mentales disminuidas; pero es fácilmente compensado por el excelente trabajo de la niña Jodelle Ferland, quien aparece como una niña real y creíble incluso en las más perturbadoras y extrañas situaciones en la que la pone Gilliam. Y, créanme, nunca han visto situaciones como éstas.

Mencioné "Alicia en el País de las Maravillas" y "Labyrinth" como cintas con similar historia a "Tideland", aunque en realidad es más parecida en tono e intención a las poco vistas "The Reflecting Skin" y "Paperhouse". Las tres emplean la perspectiva de un infante para examinar los horrores de la vida, pero simultáneamente ofreciendo cierto optimismo sobre la fuerza del espíritu humano y su capacidad para adaptarse a las más extrañas situaciones. Y, desde luego, Gilliam tiene especial talento para presentar esas "extrañas situaciones".

También tenemos al gran Jeff Bridges en un papel bastante corto (y estático), pero jugoso y lucidor como el adicto padre de Jeliza-Rose, cuya intoxicada lógica sienta el tono de la película entera. Su participación será corta, pero su influencia (y su olor) persiste durante las dos horas que la cinta dura.

Hablando de eso, debo mencionar que "Tideland" se siente innecesariamente larga, y que una saludable edición podría extirpar una media hora o algo así, lo cual haría la película más llevadera y dinámica. Entiendo que Gilliam busque ese estilo onírico de fantástica irrealidad que caracteriza su obra, pero creo que podría obtenerse sin hacer tan lenta y cansada su historia.

Entonces (hablando de lenta y cansada), terminaré este escrito recomendando "Tideland" sólo para quienes busquen experiencias en el cine que no sean necesariamente entretenidas o comprensibles, sino audaces e inusuales, que reten la mente del espectador y rompan sus expectativas de lo que puede hacer el cine para transmitir un mensaje obtuso y enigmático. No es un viaje fácil pero el camino ofrece tantas maravillas que es difícil resistirse, por lo que tengo que darle a "Tideland" una recomendación repleta de advertencias y consejos: hay que verla con la mente abierta de un niño y con el sentido común de un idiota. Y ayudará si nos acompaña una ardilla.

Calificación: 7

Pablo del Moral

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