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Como aficionado a la animación, he visto con pesar cómo Walt Disney Pictures, uno de los primeros y más fuertes proponentes de esta técnica, han convertido el venerable arte en un burdo ejercicio mercadológico, dejando que la avaricia y la ambición guíen sus películas, en vez de dar a sus hábiles artistas la libertad para crear obras innovadoras e interesantes.
En otras palabras, primero firman los contratos con McDonalds, y después se preocupan por hacer una película que promocione los juguetes. La historia es lo que menos importa.
Afortunadamente la animación sigue viva en Asia y Europa, y es ahí donde encontramos las mejores muestras contemporáneas de este arte, desde joyas japonesas como "Perfect Blue" y "Millenium Actress" hasta la cinta franco-canadiense que hoy nos concierte: "Las Trillizas de Belleville"
La cinta sigue las peripecias de Madame Souza y el perro Bruno para rescatar a su nieto ciclista de las garras de un mafioso que lo ha secuestrado para explotar su talento en un negocio de apuestas.
Es difícil expresar la complejidad de esta cinta en una simple sinopsis, además de que no quiero revelar demasiado sobre la trama, pues parte del encanto de la cinta es disfrutar los súbitos giros que tiene la historia, y la lógica, pero siempre ingeniosa manera como se crean y se resuelven los problemas con los que se enfrentan los personajes.
Lo primero que destaca en "Las Trillizas de Belleville" es su estilo gráfico. Aunque combina diversas técnicas, desde trazos a lápiz y acuarela hasta animación digital y sofisticados compuestos tridimensionales, logra conservar una apariencia sencilla y amigable, que expresa mucho sin abrumarnos con detalles o malabares técnicos. Y, por supuesto, es también muy graciosa. El diseño de los personajes reboza personalidad, y cuenta con esa rarísima combinación de elegancia y simplicidad que confiere auténtica vida a meros dibujos animados.
Es fácil quedar pasmado con este estilo gráfico, pero no por eso hay que perder de vista la narrativa, pues ahí es donde reside la mayor fuerza de la película, y donde queda claro que los artistas detrás de "Las Trillizas de Belleville" no sólo conocen el alcance de la animación, sino su valor como herramienta dramática.
A pesar de contar con mínimos diálogos, la historia es perfectamente clara desde el principio. Su desarrollo, engañosamente simple, muestra auténtica creatividad e ingenio, traduciendo claramente a ideas las sencillas líneas y actitudes de los personajes. Dicho de otra manera, estamos en presencia de auténtico arte visual, en el que las imágenes trascienden su apariencia y se transforman en la esencia misma del drama y la comedia.
Mis disculpas si eso suena como hipérbole barata, pero creo que es
el mejor modo de describir esta película: arte visual transformado
en narrativa bajo la diestra pluma de un artista que entiende el potencial
de la animación y lo aprovecha al máximo, dando vida a sus personajes
y liberándolos en el mundo de la imaginación. Y lo mejor de
todo es que no veremos juguetes de "Las Trillizas de Belleville"
en las cajas de hamburguesas de McDonalds.
Calificación: 10
Imagen © 2003 Les Armateurs
Dirigida y escrita por Sylvain Chomet
Editada por Dominique Brune, Chantal Colibert Brunner y Dominique
Lefever
Elenco (voces):
Monica Viegas .... Mme. Souza
Béatrice Bonifassi .... Trilliza
Lina Boudreault .... Trilliza
Mari-Lou Gauthier .... Trilliza
Michèle Caucheteux .... Varios
Jean-Claude Donda .... Varios
Charles Linton .... Varios
Michel Robin .... Varios
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