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Sin importar cualquier análisis que queramos hacer, por lo general es bastante fácil decidir si una película nos gusta o no. Cada quien tiene sus parámetros, y cada quien sabe (aunque no pueda explicar) cuando una película le resultó entretenida y satisfactoria, independientemente de su calidad intrínseca (si es que tal cosa existe).
Por eso me complace siempre encontrar una película que me deja con opiniones contradictorias, pues frecuentemente el contraste de tales opiniones y el análisis de sus causas ofrecen nuevas ideas o conocimientos y, en el mejor de los casos, expanden el criterio y el entendimiento.
Obviamente "La Turbulencia de los Sentidos" tuvo este efecto sobre mí.
Conviene no revelar mucho sobre la trama de la película, por lo que sólo diré que al principio de la cinta nos enteramos de que en un pequeño pueblo costero de Canadá la marea se ha detenido por causas desconocidas. Entonces, Alice Bradley (Pascale Bussières), una sismóloga que trabaja prediciendo terremotos en Japón, acude a ese pueblo, donde nació, a investigar el extraño fenómeno con la ayuda de su vivaz amiga Catherine (Julie Gayet). Pero los resultados de su investigación las llevarán a niveles mucho más exóticos de lo que suponen.
No me gusta el término "realismo mágico", porque normalmente sugiere pretenciosas películas románticas inundadas de clichés y barato sentimentalismo. Sin embargo, no encuentro otra categoría para "La Turbulencia de los Sentidos", cuyo inteligente guión se aleja expresamente de la realidad "real", para sumergirse en un mundo de coincidencia, causalidad y percepción que bordea en lo paranormal, pero sin internarse en terrenos de fría ciencia ficción.
Digamos simplemente que la directora y guionista Manon Briand no deja que la realidad se interponga al contar una historia llena de metáforas y relaciones entre sus personajes humanos y el comportamiento del planeta.
Pero si la historia no basta, siempre queda admirar al brillante elenco, que incluye a las mencionadas Pascale Bussières y Julie Gayet, cuyos personajes tienen una compleja relación que sólo se complica más conforme avanza la cinta. Y cómo olvidar a la legendaria Geneviève Bujold como la enigmática mesera en un cafetín nocturno. El único que falla un poco es Jean-Nicolas Verreault como un piloto de aviones aspersores (empleados para combatir incendios forestales) con un amargo secreto en su pasado. No es que Verreault sea mal actor, sino que su presencia de galán genérico desmerita un poco la oculta complejidad del personaje.
Sé que no estoy diciendo mucho sobre la película, pero es mejor
que quien se anime a verla sepa lo menos posible sobre su curiosa trama. Y
aunque tal vez la cinta no sea totalmente satisfactoria, su etéreo
tono y sus excéntricas revelaciones serán apreciadas por el
público que guste del cine "de arte", y por aquellos que
no temen encontrarse con un tipo de cine experimental que posiblemente no
funcione en todos los niveles, pero que al menos tiene el valor de intentar
llegar más allá del mero entretenimiento pasajero. Y esa es
una descripción mucho más fiel de "La Turbulencia de los
Sentidos" que cualquier sinopsis de su historia.
Calificación: 8.5
Imagen © 2002 Max Films
Dirigida y escrita por Manon Briand
Editada por Richard Comeau
Elenco:
Pascale Bussières .... Alice Bradley
Julie Gayet .... Catherine Rolland
Jean-Nicolas Verreault .... Marc Vandal
Geneviève Bujold .... Colette Lasalle
Norman Helms .... Michel
Vincent Bilodeau .... Simon Deslandes
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