Dirigida
por Lasse Hallström
Escrita por Mark Spragg y Virginia Korus Spragg
Editada por Andrew Mondshein
Elenco:
Robert Redford .... Einar Gilkyson
Jennifer Lopez .... Jean Gilkyson
Morgan Freeman .... Mitch Bradley
Josh Lucas .... Alguacil Curtis
Damian Lewis .... Gary Watson
Camryn Manheim .... Nina
Becca Gardner .... Griff Gilkyson
El director sueco Lasse Hallström ha encontrado un cómodo nicho produciendo películas basadas en fórmulas tradicionales del cine popular norteamericano, pero aderezándolas con una cierta sensibilidad europea que parece elevar la categoría "artística" de tales cintas, lo merezcan o no.
"Una Vida sin Terminar" se ajusta perfectamente a tal descripción, visitando una clásica historia de reencuentro familiar, adornada por buenas actuaciones y un tono solemne que la hace parecer más profunda o relevante de lo que realmente es. Y, como es común en este tipo de cine, la íntima historia de redención adquiere proporciones épicas al ubicarse en el majestuoso entorno del medio oeste norteamericano... aunque la cinta se haya filmado en Canadá.
Al principio de la película conocemos a la viuda Jean Gilkyson (Jennifer Lopez), cuyo violento novio Gary (Damian Lewis) la hace víctima de golpes y abuso doméstico. Entonces, junto con su hija Griff (Becca Gardner), Jean decide huir de la ciudad y buscar refugio temporal en la granja de Einar Gilkyson (Robert Redford), padre de su finado esposo. Einar vive tranquilamente en la campiña, cuidando a su viejo amigo Mitch (Morgan Freeman), quien fue atacado por un oso meses atrás. Pero la llegada de Jean y Griff rompen la calma y reviven ciertos rencores familiares, que sólo se complican con la llegada del violento Gary... y del enorme oso.
"Una Vida sin Terminar" es uno de esos dramas "a fuego lento", donde las tensiones aumentan paulatinamente, hasta la esperada catarsis que, de un modo u otro, resolverá la trama. Sin revelar demasiado, es fácil suponer que la cinta sigue exactamente el camino que suponemos, y que no ofrece novedad alguna. Las actuaciones son previsiblemente buenas, desde el siempre confiable Morgan Freeman hasta la niña Becca Gardner, pasando por Robert Redford en modalidad de anciano duro y tenaz, y Jennifer Lopez mostrando que, cuando quiere, puede hacer un buen trabajo en géneros que nada tengan que ver con las bobaliconas comedias románticas que comúnmente estelariza. Y, claro, tampoco se puede olvidar al notable oso Bart, hijo del legendario animal actor que ganó fama en cintas como "The Bear" y "Legends of the Fall".
No estoy en contra de las fórmulas cinematográficas porque, bien llevadas, pueden ofrecer suficiente entretenimiento desechable. Y aunque "Una Vida sin Terminar" no está exenta de fallas (principalmente en el guión), sin duda se puede disfrutar como lo que es: una cinta sentimental y contemplativa que sabe hacia dónde se dirige y, sin prisas, nos lleva a la satisfactoria conclusión.
A fin de cuentas,
creo que puedo recomendar "Una Vida sin Terminar", pues si bien
no propone nada nuevo, al menos cumple con lo que su limitada ambición
exige: una historia consistente (aunque repleta de celo dramático y
excesos metafóricos), actuaciones naturales y creíbles, y una
conclusión emocionalmente satisfactoria, aunque demasiado predecible.
Y, no lo olvidemos, un impresionante oso.
Calificación: 7