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Lista por título en español en orden alfabético:
(Números, y de la A a la I)
(De la J a la Q)
(De la R a la Z)

Lista por título en su idioma original, en orden alfabético:
(Números, y de la A a la I)
(De la J a la Q)
(De la R a la Z)

Ante la clásica pregunta acerca de cual es la primera película que uno recuerda haber visto, a mis 12 años “La aventura del Poseidón" (1972) no fue la primera, pero sí una de las que más recuerdo, su tensión dramática ante lo inevitable, la resolución de los problemas que enfrentan los pasajeros y muchos detalles que hicieron de la producción original, una obra digna de recordar. De aquí mi interés por ver la nueva versión. Oh desilusión. Estamos en la era de los refritos, de los “re makes” y mi afición por ver las nuevas versiones ha disminuido considerablemente, en primer lugar, porque nada es tan bueno como lo original y en segundo, porque ya sé lo que va a suceder y mi participación como espectador se reduce a admirar los nuevos efectos especiales utilizados para vestir la historia.

Esperaba mucho más del director Wolfgang Petersen (Das Boot, 1981; Outbreak, 1995; La tormenta perfecta, 2000; Troya, 2004), quien desaprovechó de manera importante el antagonismo que da interés a la relación entre los personajes, escenifica riñas y desacuerdos bastante sosos, cuando lo que hace la película es precisamente esto, la interacción entre los personajes pues, aunque el accidente del barco se lleva poco, el sentido de supervivencia y todo lo que hay en torno a dicho instinto es lo que da solidez a la primera obra fílmica.

Sin duda alguna es una producción muy vistosa, con efectos elaborados y complejos que retan a la imaginación. Una de las pesadillas de los directores es filmar en el agua por la gran diversidad de obstáculos y medidas de seguridad que se deben implementar. Hoy lo increíble se hace visible, dan vida a un barco que no existe y sin embargo está ante nuestros ojos, es un milagro que costó muchísimas horas y millones. La edición es bastante buena y es en realidad lo que da tensión y el dinamismo a la historia, con tales recursos, pudieron haber utilizado a actores desconocidos y obtener el mismo resultado.

Los productores aplicaron formatos conocido para conformar el elenco, una carita bonita, una fea, una famosa, una adulta, una pequeña, se mete en la licuadora y listo. El extraordinario Richard Dreyfuss, en el papel de Richard Nelson, aparece como otro del montón y Kurt Russell muestra el nerviosismo de un novato, Kevin Dillon hace un ridículo papel de malo y el súper atleta Josh Lucas se postula como héroe desde la primera secuencia.

Petersen volteó el navío, boicoteó su propia producción para entregarnos una película medianamente entretenida y con mucha falta de ángel (por no decir ingenio y recursos que le den solidez en la pantalla). Para los más desprendidos del dinero, los efectos valen para verse en pantalla grande pero en realidad la historia es como para rentarla y verla un domingo aburrido

José Martín Sulaimán