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Un hombre bien parecido y una guapa mujer se conocen en circunstancias curiosas, y aunque se odian al principio, empieza a desarrollarse un cierto entendimiento que se convierte en amor. Pero un malentendido separa a la pareja, que deberá superar el problema para re-encontrarse y vivir feliz para siempre.
¿De qué película estoy hablando?
La respuesta puede ser cualquiera de las decenas de comedias románticas de la última década (o casi cualquier otra década), en las que las mismas situaciones son recicladas con ligeras variaciones y cambios de estilo, pero con el mismo resultado y mensaje.
Entonces, si no podemos esperar novedad en este género, las películas que pertenezcan a él deberán destacar al menos por su estilo o su elenco, ¿cierto?
Algunas ciertamente lo logran; "Kissing Jessica Stein", "Bridget Jones' Diary" y "Love Actually" son algunos de los ejemplos más o menos recientes que han trascendido su género, mostrando que en manos de un buen equipo creativo, hasta el más cansado cliché romántico puede adquirir nueva vida e interés.
Desafortunadamente "Las Leyes de la Atracción" no pertenece a ese selecto grupo de películas, y si bien puede ser ligeramente entretenida en virtud de su capaz elenco, no pasa de ser un refrito de la misma fórmula acostumbrada.
En este caso, la pareja dispareja está compuesta por Daniel (Pierce Brosnan) y Audrey (Julianne Moore). Ambos son abogados de divorcio con excelente reputación y frecuentemente rivales en el juzgado, aunque una inesperada noche juntos los hace ver que son el uno para el otro, incluso si no quieren reconocerlo. Pero ¿es real el sentimiento, o sólo un truco para ganar el celebrado juicio de divorcio entre un cantante de rock y su esposa?
De la trama, ni hablar. Es exactamente lo que esperamos, y el director lo sabe, pues hace ciertos esfuerzos por introducir variaciones o trucos para distraernos, como un inesperado viaje a Irlanda. Creo que a eso se le llama "abrir el libreto", es decir, dar mayor dimensión a la historia, en un vano esfuerzo por hacerla más interesante y memorable.
En fin, al menos lo intentaron.
Mucho mejor resultado tienen Pierce Brosnan y Julianne Moore como la pareja dispareja, y si algo funciona en la película son estos actores. No porque sus personajes sean particularmente originales o divertidos, sino porque ambos intérpretes tienen el talento y experiencia suficientes para exprimir todo el encanto posible de los trillados personajes, lo cual no es mucho, pero podría ser suficiente para que audiencias menos cínicas que yo disfruten la película. No estoy juzgando, sólo tratando de ser objetivo (sin conseguirlo realmente).
Hablando de juzgar, el personaje que más disfruté en la cinta es el de Nora Dunn como la arbitraria Juez Abramovitz. Esta hábil comediante ha hecho carrera con sus personajes de mujer rígida o amargada... espero que sólo sean actuaciones.
Y hablando de mujeres rígidas, yo soy tan chauvinista como cualquiera, y aún así me desconcierta el rampante sexismo de estas películas, que siempre presentan a mujeres exitosas pero infelices, porque no tienen un hombre. ¿Qué clase de mensaje es ese? Incluso en cintas más "feministas", como "Bridget Jones' Diary" se manifiesta este fenómeno.
Y hablando de sexismo, hablemos un poco de edades. La actriz Frances Fisher,
que hace el papel de la madre de Julianne Moore, es en la vida real sólo
ocho años mayor que su "hija". ¿Y el galán?
Un año menor que la "madre".
Saquen sus propias conclusiones.
Calificación: 5
Imagen © 2004 Deep River Productions
Dirigida por Peter Howitt
Escrita por Aline Brosh McKenna y Robert Harling
Editada por Tony Lawson
Elenco:
Pierce Brosnan .... Daniel Rafferty
Julianne Moore .... Audrey Woods
Michael Sheen .... Thorne Jamison
Parker Posey .... Serena
Frances Fisher .... Sara Miller
Nora Dunn .... Juez Abramovitz
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