Matrix: Recargado, por Pablo

Es innegable que la primera parte de "The Matrix" fue de gran impacto por su innovación, destreza técnica e inteligencia. Pero por otro lado hay que aceptar que tal innovación está fundamentada en "tomar prestados" (por no decir "plagiar") elementos de innumerables obras pasadas, tanto fílmicas como literarias. Desde las películas de kung-fu de Hong Kong, que incluso utilizaban al mismo coreógrafo de peleas, hasta las novelas cyberpunk de William Gibson y Neal Stephenson, sin olvidar la obra de Philip K. Dick... todo ello fue exitosamente combinado en un paquete de gran dinamismo y fuerza visual.

En corto, "The Matrix" es uno de esos híbridos que está compuesto de tantas partes que eventualmente se convierte en un original. Y la segunda parte, "Matrix: Recargado", tiene la poco envidiable tarea de impactar del mismo modo y de enfrentar las expectativas de los fanáticos. Y creo que en general triunfa en su propósito, aunque no está exenta de ciertas fallas, tanto lógicas como narrativas.

Con los traspiés lógicos no me meteré, pues eso implicaría revelar puntos importantes de la cinta. Pero los puntos bajos de la historia son evidentes y afortunadamente se encuentran al principio de la cinta.

Pero vayamos por partes... En la cinta previa nos enteramos de que el mundo, como lo conocemos, es una simulación virtual que crearon las máquinas que han esclavizado a la humanidad, para mantener nuestras mentes ocupadas mientras nos usan como baterías. Pero un grupo de rebeldes está luchando contra esta situación, y logran liberar a Neo (Keanu Reeves), un hacker que resulta ser El Elegido, la figura que una profecía anunció como el salvador de la humanidad en la guerra contra las máquinas. En la secuela vemos cómo Neo ha desarrollado sus talentos de semi-dios, y por fin conocemos Zion, la última comunidad humana, totalmente "cyberpunk", que mezcla avanzada tecnología con una estructura social tribal. El Consejo dirige y Morpheus (Laurence Fishburne) debe acatar las órdenes que recibe para defender la ciudad del ataque de las máquinas, pero él piensa que es más importante consultar al Oráculo (Gloria Foster) para triunfar en la batalla. Desafortunadamente no todos están de acuerdo, ni todos creen en la profecía. Para complicar las cosas, dentro de la Matriz, Neo se encuentra de nuevo con el Agente Smith, quien funciona ahora como una inteligencia artificial independiente, con fines misteriosos, pero siempre dispuesto a retar a los héroes.

La trama es bastante compleja, y el abundante elenco (que se incrementa aún más en esta secuela) representa distintas facciones ideológicas. El militarismo del Consejo choca con el espiritualismo de Morpheus y sus seguidores. El gusto y compasión que el Oráculo muestra por la humanidad contrasta con la fría obediencia de los agentes dentro de la Matriz, quienes a su vez son el opuesto completo de los programas rebeldes que se han adoptado a la vida en el mundo virtual y cuyos gustos e idiosincrasias los han convertido en casi humanos, con todas las fallas y vicios que ello implica.

Supongo que de esta sopa filosófica se pueden sacar las interpretaciones que uno quiera, pero ya es bastante espeso el argumento como para buscar paralelos religiosos o sociales. Baste con saber que las extraordinarias escenas de acción están bien respaldadas por un profundo guión, que da algunas respuestas, pero que plantea un enorme número de preguntas, las cuales darán a los aficionados bastante material para discutir en lo que se estrena la siguiente secuela (unos cuantos meses, por suerte).

Para no extenderme más, me limitaré a enumerar los que, en mi parecer, son los puntos fuertes y débiles de "Matrix: Recargado". Para empezar, toda la parte que se desarrolla en Zion se siente torpe y en exceso trillada. El supuesto "Consejo", el discurso de Morpheus y los choques de voluntades entre los capitanes me parecen sacados de "Star Trek", que también disfruto mucho, pero que no encaja en el universo de Matrix. Yo hubiera pensado que una comunidad de hackers y rebeldes no degeneraría en una sociedad militarista y rígida como la que muestra la cinta.

Sin embargo, como mencioné, todo eso ocurre dentro de los primeros cuarenta minutos. Una vez que entramos de lleno en la acción, el argumento gana inteligencia y consistencia, hasta culminar en una secuencia pasiva y casi estática, pero que modifica poderosamente la idea que teníamos de la Matriz y de su destino. Excelente trabajo de los Hermanos Wachowski como escritores, aunque muy frecuentemente caen en la trampa de querer mostrar profundidad donde no la hay. El discurso de Morpheus es el mejor ejemplo de un parlamento blando y carente de significado, que busca un efecto triunfal, pero que al fingir desesperadamente profundidad termina siendo hueco e irrelevante.

Sin embargo, al final de las dos horas y cuarto, ya había yo olvidado esos puntos negativos, pues además de las fascinantes ideas expresadas y los interesantes personajes, las escenas de acción son sencillamente magistrales. Tal vez no todos los efectos especiales son totalmente convincentes, pero la maestría visual de los directores y de su equipo de efectos y coreografía eleva estas secuencias a niveles de virtuosismo técnico. Pero que quede claro... no es la acción de la película lo que la hace buena, sino sus ideas y narrativa. La acción y los efectos son maravillosos acompañamientos y ya.

Creo que algunas personas encontrarán "Matrix: Recargado" demasiado obtusa e innecesariamente críptica. Pero el consejo que puedo darles para disfrutarla más es que, así como la primera era fácilmente interpretada empleando la lógica y convencionalismos de un videojuego, la secuela continúa con la metáfora de computación, pero se basa más en los métodos de programación informática. Los temas de depuración de código fuente (o "debugging") y de "beta testing" son de bastante relevancia, y conviene tenerlos en mente para entender mejor lo que expresa la cinta.

Creo que a pesar de sus tropiezos, "Matrix: Recargado" continúa eficientemente el hilo narrativo de la obra previa, al mismo tiempo que supera su espectacularidad visual. Y por si fuera poco, las ideas que expresa son interesantes y prometen una conclusión aún más enigmática y satisfactoria (¡espero!). Sus vanos intentos por parecer profunda tal vez son disculpables, porque, de un modo u otro, estamos frente a una obra que se atreve a innovar, tanto en el aspecto intelectual como en el estilístico, y eso es ya motivo suficiente de interés, sobre todo comparado con los interminables bodrios de acción que el verano nos depara.

Calificación: 9

Pablo

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Matrix: Recargado (The Matrix: Reloaded)

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